Bingen Zupiria entiende a los vecinos de Trintxerpe, pero indica: «No nos tomemos la justicia por nuestra mano»

Zupiria asegura que desde el Gobierno Vasco se encuentran dando «los pasos necesarios para que judicialmente esa lonja que se ha visto okupada se pueda desalojar y tapiar, si su propietario no toma una decisión en otro sentido». Las concentraciones en torno a esa lonja son diarias desde la semana pasada y también es habitual la presencia policial para evitar conflictos.

«Entiendo que los hombres, mujeres y familias que viven en Trintxerpe, ante una pelea que hubo la semana pasada o ante algunos robos que se han producido en un polideportivo, reaccionen y se manifiesten, es normal que lo hagan y tienen derecho a hacerlo», manifiesta, comprensivo, el consejero de Seguridad. No obstante, aprovecha para lanzar una serie de consejos y advertencias en torno a cómo se debe canalizar ese malestar y esa indignación: «Nos corresponde a nosotros como poderes públicos decir que ¡cuidado!, que no paguen justos por pecadores, que no nos tomemos la justicia por nuestra mano y protestemos tranquilamente».

Hace alusión el consejero a las imágenes que se han hecho virales los últimos días en redes sociales, en las que se ve a unos vecinos armados con palos y a la carrera en el lugar dispuestos a tomar medidas contra los okupas adoptando el rol de patrullas ciudadanas.

En el caso concreto de Trintxerpe, Zupiria celebra la existencia de una «una colaboración muy estrecha entre la Ertzaintza y la policía local de Pasaia» y también con el Ayuntamiento pasaitarra y el alcalde; todo ello en aras de «abordar esta situación que está poniendo en cuestión la convivencia en el barrio de Trintxerpe»

Ya ampliando el foco geográfico, el Consejero de Seguridad se refiere a un problema que comienza a ser global: «Hay lugares en los que hay sensación de inseguridad» y citas graves incidentes acaecidos en países como Holanda, Francia o Gran Bretaña: «Es difícil abstraerse a eso, pero no le resta ninguna gravedad a situaciones puntuales que se están viviendo en nuestra comunidad».

No oculta Zupiria que en la actualidad «en algunos lugares de Gasteiz, Donostia y Bilbao existe una percepción de que hemos vivido con mayor seguridad; haríamos mal en negar eso». Y vuelve al caso concreto de la lonja de la calle Araneder: «He escuchado testimonios esta mañana de algunas personas de Trintxerpe. Cómo le vamos a negar a esa mujer o ese hombre que nos está diciendo que no se siente seguro que no lo está. No hay argumento ni dato que se pueda enfrentar», significa

Zupiria reconoce que se ha producido un aumento de las denuncias por delitos, sobre todo en los «focos en los que se han producido algunas okupaciones de lonjas donde habitan personas que no tienen arraigo familiar ni social en Euskadi». Todo esto, como es normal, «genera una sensación que no se puede obviar y que nos obliga a los poderes públicos a actuar y dar una respuesta».

La respuesta de la que habla se basa en la seguridad, en el refuerzo de las tareas preventivas de la Ertzaintza y de las policías municipales y locales. Zupiria insta asimismo a las vícitimas de delitos a presentar la correspondiente denuncia: «No es lo mismo escuchar a una persona que ha sufrido un delito y presenta una denuncia que escuchar a una persona que no lo ha sufrido y habla de delitos que ha escuchado o visto. Es importante que se produzca la denuncia y tener ciertos datos de los delitos que se producen, para la investigación, descubrir a las personas que han podido cometerlos y presentarlos ante los tribunales de justicia», aclara.

El consejero de Seguridad se refiere asimismo a la necesaria «eficacia policial» en estas situaciones para «identificar a las personas que presuntamente han cometido esos delitos y ponerlas delante de la justicia». Informa, además, de que han aumentado sobre todo los delitos relacionados con la ciberdelincuencia y los relacionados con los delitos sexuales y de violencia de género.

Zupiria quiere acabar con esa sensación de absoluta impunidad que parece que tienen personas multireincidentes, con numerosos delitos a sus espaldas. «Las personas reincidentes que ahora parecen que salen libres terminarán ante la justicia con 15 ó 16 acusaciones, con 15 ó 16 juicios y 15 ó 16 condenas. Todas las cosas tienen su tiempo. Habría que intentar que estos tiempos fueran más cortos», indica.