La comitiva del entierro de la sardina que anunciaba el fin de Carnavales estuvo formada por músicos de la banda, la Cofradía del Tambor Amulleta y Ereintza Dantza Taldea. JUANTXO LUSA
Errenteria

La funebridad se cuela en la despedida final

Al contrario que como empezó hace cinco días, la Azeri Dantza pone el broche a un majestuoso Carnaval con el habitual entierro de la sardina

Iker Castaño

Errenteria

Miércoles, 22 de febrero 2023, 00:05

Todo lo que empieza acaba. Hasta ahí, poco que decir. No hay misterios. Ahora bien, es difícil despedir un Carnaval que ha sido tan ... multitudinario como este último que puso el broche ayer. Se apreció en la Herriko Plaza, menos poblada que en el acto de apertura. Si cinco días antes la alegría, el regocijo y el ambiente festivo era plausible, ayer fue todo lo contrario, porque además de amenazar la lluvia y caer alguna que otra gota (también de lágrimas), la funebridad que supone decir agur a las fiestas se coló en la despedida final.

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«Podía haber durado más días», mostraba decepcionado un vecino de la localidad después de haber «disfrutado al máximo durante estos días atrás», admitió. La realidad es que el Carnaval, como todo acto festivo, empieza y finaliza en un visto y no visto. «Cuando uno lo pasa tan bien, lo bueno se acaba rápido», lloraba Ibai Iriarte junto a sus aitas, que pese a tratarse de un acto fúnebre decidieron tirar una flor a la sardina para despedir el Carnaval y mirar ya a los del 2024.

«Los esperamos con más ganas. Seguro que se pueden mejorar, aunque sea difícil por lo que han supuesto estos últimos, con la vuelta a la normalidad habitual tras la pandemia», reconocía. Él, como otro gran número de familias, aceptó la invitación de Ereintza Dantza Taldea, quien organizó el acto de clausura.

Arrojan flores a la sardina

Días antes habían animado a la ciudadanía a participar en la Azeri Dantza de inicio de fiesta y este lunes les volvieron a llamar para tomar parte en la despedida final. Vestidos de negro y con flores en las manos recorrieron las calles céntricas (Bittor Idiazabal, Alaberga, Biteri, plaza de los Fueros) junto a la comitiva fúnebre, encabezada por músicos de la banda y la Cofradía del Tambor Amulleta antes de arrojar las flores a la sardina en la Herriko Plaza. Eso de tirarla al río se acabó hace unos años ya por motivo de la contaminación.

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Antes del último acto, que se cerró con unos bertsos y la despedida, por la mañana había salido la banda municipal de txistularis. Con todo ello se puso punto y final a la amplia programación de los Carnavales de este año y desde hoy, «con más ganas», se mirará ya a los del año que viene.

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