El nuevo motor será clave en los modelos compactos de Renault Renault

Renault busca un proveedor de motores sin tierras raras

Juan Roig Valor

Miércoles, 12 de noviembre 2025

Renault ha decidido poner fin a su colaboración con Valeo en el desarrollo de un nuevo motor eléctrico sin tierras raras y estudia ahora recurrir a un proveedor chino más económico, según adelantaron a Reuters dos fuentes conocedoras del proyecto. La decisión marca un giro relevante en la estrategia del fabricante francés, que busca reducir costes en un momento de intensa competencia en el mercado mundial del coche eléctrico.

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El proyecto, conocido internamente como E7A, pretendía dar forma a una nueva generación de motores eléctricos más compactos, potentes y sostenibles. Renault y Valeo habían anunciado en 2023 su alianza para desarrollar conjuntamente esta tecnología, que prescindía de materiales como el neodimio o el disprosio, esenciales en los imanes de los motores convencionales y cuyo suministro está dominado por China.

Pekín controla alrededor del 70% de la minería mundial de tierras raras y el 85% del refinado, lo que ha generado una fuerte dependencia del país asiático. Las crecientes restricciones impuestas por el Gobierno chino a las exportaciones de estos materiales han empujado a la industria automovilística a buscar alternativas tecnológicas.

Renault ya utiliza motores sin tierras raras desde 2012, aunque el nuevo desarrollo, en colaboración con Valeo, prometía mejoras notables en potencia y eficiencia. El grupo francés destacó en su día que se trataba de «una innovación made-in-France», subrayando su apuesta por la autonomía tecnológica europea.

Sin embargo, el fabricante ha optado finalmente por desarrollar el motor internamente, gestionando toda la cadena de valor, salvo el estator —la parte fija del motor que aloja el rotor—, que podría adquirirse a un proveedor chino. Esta decisión no se había hecho pública hasta ahora.

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«El proyecto E7A ya no se realiza con Valeo», confirmó una de las fuentes citadas por Reuters. «Se llevará a cabo íntegramente dentro de Renault, excepto por el estator, que probablemente se compre a un fabricante chino», añadió.

El cambio responde, principalmente, a la necesidad de reducir costes. Los proveedores chinos ofrecen precios considerablemente más competitivos que los europeos, lo que resulta clave para un fabricante como Renault, de menor tamaño que otros grupos tradicionales europeos como Volkswagen o Stellantis.

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Desde la filial eléctrica del grupo, Ampere, una portavoz confirmó que se están evaluando distintas opciones y que «un socio chino es una posibilidad», aunque insistió en que «el proceso sigue en curso» y aún no hay una decisión definitiva.

Pese a este giro, Renault asegura que el motor se ensamblará en su planta de Cléon, en el norte de Francia, donde también se fabrican las unidades eléctricas del Mégane E-Tech. Además, el inversor eléctrico utilizará módulos de carburo de silicio suministrados por la franco-italiana STM.

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«La posibilidad de fabricar el estator en Francia también está siendo estudiada», indicó la portavoz de Ampere, sugiriendo que la empresa aún busca mantener la mayor parte de la producción dentro del país.

En los últimos años, Renault ha recurrido a múltiples alianzas tecnológicas para repartir los elevados costes del desarrollo de vehículos eléctricos. La marca también ha intensificado su colaboración con socios chinos, que lideran el avance en esta tecnología. De hecho, un equipo de ingenieros chinos participó en el diseño del nuevo Twingo eléctrico, completado en apenas dos años.

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El motor E7A será clave para la próxima generación de vehículos eléctricos compactos de Renault, prevista para 2028. Estos modelos formarán parte del nuevo plan estratégico que el consejero delegado de Ampere, François Provost, presentará en marzo.

El futuro propulsor ofrecerá una potencia de 200 kW, un 25% más que los motores actuales del grupo, como el que equipa el Renault Scenic. Además, incorporará un sistema de 800 voltios que permitirá reducir significativamente los tiempos de carga.

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Por su parte, Valeo sigue adelante con su propia apuesta por un motor sin imanes permanentes. La empresa francesa trabaja junto al proveedor alemán Mahle en el desarrollo del modelo «iBEE», que alcanzará los 350 kW de potencia y saldrá al mercado también en 2028.

La decisión de Renault de desvincularse de Valeo en este proyecto subraya las tensiones que afronta la industria europea ante la presión de costes y la rápida expansión tecnológica de China.

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