La hora del regreso, o no...
A Castiñeyra se le resistió el Kangchenjunga. A Soria un accidente le privó del Dhaulagiri. Y a Kilian Jornet una avalancha le sacó del Everest, que se ha cobrado 17 muertes
Hace unas semanas titulábamos esta columna como 'La hora del Himalaya'. En esta ocasión toca titular 'La hora del regreso, o no…', porque la gente ... ya está volviendo a sus países y ciudades de origen tras intentar tal o cual montaña. Muchos ya han regresado de la magnífica, hermosa y famosa cordillera. Otros no. Pero vamos por partes.
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El donostiarra Iñigo Castiñeyra llegaba a casa el pasado domingo 28 de mayo. Ya está en la tranquilidad del hogar tras haber intentado sin éxito el Kangchenjunga (8.586 metros), que se le resistió, si bien superó la cota de los ocho mil metros. «Debido a la climatología y la complejidad de la montaña nos aconsejaron no continuar», señalaba a DV el alpinista donostiarra, a la vez que añadía: «Nos decían que no estuviésemos más tiempo intentando la montaña para no poner en riesgo la integridad física, dada la complejidad y duración de la misma». Así las cosas, Iñigo, muy a pesar suyo, cuando estaba a unos 8.200 metros de altitud se dio la vuelta, abandonando el intento a ese nuevo sueño de pisar otro ochomil tras haber logrado el pasado verano ascender al K-2 en el Karakorum.
Por su parte, Carlos Soria, el veterano alpinista abulense de 84 años de edad que intentaba el Dhaulagiri (8.167 metros), cuando se dirigía con su inseparable compañero Sito Carcavilla hacia la cumbre y, esta vez sí, con muchísimas posibilidades de hacerse con ella, cuando ascendían hacia la cumbre y estaban a 7.700 metros, un sherpa se cayó arrastrando a Sito y Carlos, rompiéndole al alpinista de Ávila una pierna, lo que obligó a hacer un rescate complicado, muy doloroso, pero con final feliz. «Han sido los peores días de mi vida, con un dolor y sufrimiento continuo mientras me bajaban arrastrando», apuntaba un Carlos Soria resignado a esa situación totalmente inesperada y cuando iban muy bien las cosas para hacerse con la cima. «La teníamos ahí. Estábamos en muy buena forma. La montaña estaba en muy buenas condiciones y la ascensión se nos había dado muy bien. Salimos del campo III a las 10 de la noche hacia la cumbre. A las cinco de la mañana ocurrió este desgraciado accidente que lo rompió todo», incluso su pierna... Carlos Soria fue operado hace una semana y se encuentra con ganas de recuperarse y retomar si es posible ese sueño de conseguir los dos ochomiles que le faltan para completar los 14, el Dhaulagiri y el Shisha Pangma.
Y el tercer alpinista del que dimos cuenta en 'La hora del Himalaya', el catalán Kilian Jornet, finalmente se decantó por intentar el Everest por el corredor Hornbein pero una avalancha que le arrastró medio centenar de metros hizo que tomara la decisión de no continuar con la escalada. «Me sentí muy bien y las condiciones eran perfectas», señalaba Kilian, pero... «una bolsa de viento, supongo que recién creada por los vientos de la mañana, se rompió y provocó una avalancha que me arrastró unos 50 metros. En ese momento dudé sin continuar o darme la vuelta. Decidí lo segundo».
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En una próxima columna les contaré la consecuencia de esa maldita masificación en el Everest de la que también escribía semanas atrás, porque merece capítulo aparte, pero ya les adelanto que a fecha de ayer viernes han muerto 17 personas en el intento y para ellos no llegó la hora del regreso. Se quedaron allí para siempre...
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