Abrazar árboles, un buen antiestrés

Itziar Insausti conduce algunos de esos grupos en esos escenarios naturales y explica cómo los baños de bosque en Japón, desde 1980, «hay un programa nacional que utiliza los bosques con valor terapéutico, con 62 bosques preparados para ello». Ahora, «se receta como medicina preventiva en Escocia y Nueva Zelanda y está muy de moda a escala global en el turismo de bienestar».

La razón según cuenta Insausti tiene su explicación científica ya que «los bosques generan fitoncidas, aceites volátiles descubiertos en 1928 por un bioquímico de la Universidad de Leningrado. Un bosque es una explosión de estos volátiles antioxidantes, antibacterianos y tranquilizadores. Consiguen que nuestro sistema inmunológico mejore además de ayudar a dormir mejor, reducir estrés y aumentar la creatividad».

Insausti reconoce que disfruta compartir baños de bosque en Chillida Leku. La guía asegura que se trata de un especial emplazamiento en el que su energía «calma tu mente, mejora tu claridad y enriquece tu bienestar paseando a través del bosque de esculturas de Eduardo Chillida» y que permite llevar a cabo «un acto diferente a otras experiencias de conexión. Ofrece a tu cuerpo y mente la oportunidad de descansar y recuperarse a través de una inmersión directa de los sentidos mientras disfrutas de las sutilezas y maravillas de los jardines de Chillida Leku. Sentiremos la tierra increíblemente dinámica, diversa y amada de Chillida, asegurándonos de visitar los maravillosos rincones de este parque».

El precioso bosque de Hernani no es el único lugar en el que Itziar elige para practicar los baños de bosque. Aralar es otro de sus emplazamientos preferidos por su gran energía para encontrarse a través de los sentidos, aunque reconoce que «los beneficios son diferentes para cada persona, dependiendo también de sus necesidades y su momento personal».

Insausti tras haber estudiado antropología en Londres, donde vivió durante 13 años, conoció la técnica de controlar sus niveles de estrés, tras varios viajes a Hong Kong por su trabajo. Además vivió un tiempo en Noruega, donde convivió con los sami, los nativos que viven en Laponia y después de trabajar como profesora, en 2018 decidió emprender un viaje por Nepal, India y Kyrguiztan. Ahora, ha creado la empresa Yumen con la que trabaja ayudando a todo aquel que quiera alejarse del estrés y las exigencias de la vida cotidiana para ayudar a reavivar una relación saludable entre la persona, la comunidad y la propia naturaleza, gracias a los baños de bosque.