Ver fotos
El museo Balenciaga ofrece una exposición que aúna la obra del vasco con la de Azzedine Alaia
Desde hoy hasta el 1 de noviembre puede disfrutarse de la exposición 'Alaia y Balenciaga. Escultores de la forma'
Balenciaga tenía un conocimiento del oficio, del corte, sabía coser, era un auténtico 'couturier' capaz de inventar un nuevo volumen, una nueva técnica para ... las mangas o el cuello. Balenciaga siempre me ha influido. Sin duda, él es uno de los mejores modistos de todos los tiempos». Son palabras de Azzedine Alaïa, tunecido fallecido en 2017, coleccionista de la obra del modisto de Getaria y diseñador, un artista que a partir de este sábado forma parte de una exposición que conmemora los diez años de apertura del museo y que permite a la vez ver las coincidencias y las diferencias entre ambos creadores.
Publicidad
Olivier Saillard es el comisario de esta muestra, que este viernes se mostró asombrado de que la inspiración de un pequeño, pero hermoso pueblo pesquero, sirviera al guipuzcoano para realizar creaciones tan distinguidas como las que se exhiben.
La exposición, con el título de 'Alaïa y Balenciaga. Escultores de la forma', reúne por primera vez cien piezas de ambos creadores en una especie de diálogo que muestra un sorprendente número de elementos compartidos, tanto en el proceso creativo como en el diseño.
La muestra, que va a poder disfrutarse desde ya mismo hasta el 30 de noviembre de este año, ocupa seis salas expositivas, mil metros cuadrados del museo y exhibe un total de 100 piezas, tanto en vitrinas como fuera de ellas. La directora del museo, Miren Vives, recordó que se ha buscado una atmósfera limpia y depurada y que 52 de los modelos que se muestran pertenecen a Alaïa y 48 a Balenciaga.
Publicidad
La exposición cuenta con documentación como son los bocetos, las fotografías y las películas que pertenecen a los Archivos Balenciaga de París, además de dos piezas audiovisuales sobre Azzesine Alaïa, entre ellas una entrevista inédita grabada en 2001 en castellano.
La sastrería
La madre de Cristobal Balenciaga era costurera. Azzesine Alaïa cosía dobladillos para una modista local en Túnez para financiarse los estudios mientras sus padres cultivaban trigo y él encontraba refugio en casa de sus abuelos. Sus orígenes, los de ambos, tienen poco que ver con la alta costura, pero sí con la habilidad en la sastrería, con la puntada fina y el mimo de los acabados.
Publicidad
Saillard, que ayer mostró su disposición a que la colaboración entre museo y fundación continúe y puedan realizarse distintas muestras conjuntas, resaltó que Azzesine Alaïa era más cercano al cuerpo femenino, mientras que Balenciaga jugaba con los volúmenes y se alejaba de él.
Lo que sí parece estar claro para las instituciones es que la moda es más que un diseño. En ello coincidieron el consejero de Cultura del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria o el diputado de Cultura, Harkaiz Millan.
Publicidad
«El concepto de patrimonio artístico ha evolucionado y la moda y la ropa son hoy expresión y lenguaje tanto del diseñador como de la persona que las viste. Ahondar en la figura de Cristóbal Balenciaga, aún hoy un gran desconocido para el gran público, así como acercar el museo de Getaria más a la ciudadanía guipuzcoana son importantes retos para la Fundación», aseguró Millan.
La influencia del dominio de la sastrería fue resaltado este viernes en una multitudinaria rueda de prensa en la que se pudieron admirar algunos de los diseños de ambos modistos. O la búsqueda incesante para invisibilizar las costuras de las prendas, un objetivo que ambos compartieron durante su vida creativa.
Publicidad
Lo cuenta el comisario de esta exposición a la que ayer se acercaban ya algunos visitantes. Olivier Saillard destacó que uno de los primeros puntos en común es la importancia de la sastrería como base para su dominio de la técnica «y su posterior experimentación formal». Esta revisión del pasado y el estudio de la construcción de las prendas queda reflejada en las primeras salas expositivas.
Coincidencias
Repasar hermosos vestidos negros o de colores vivos es uno de los alicientes de esta nueva muestra con la que se puede disfrutar en Getaria, lluviosa ayer, pero siempre hermosa.
Lo explicaban la directora del museo, Miren Vives, y el comisario Olivier Saillard. «Los dos compartieron temas esenciales como la tradición y el folklore. Además, ambos compartían aspectos biográficos comunes, porque ninguno de ellos partía de un mundo en los que fuera sencillo dedicarse a la moda. Eso sí, sabían hacerlo todo, les gustaba controlar el proceso y siempre se mantuvieron fieles a sí mismos, sin permitir que les influenciaran ni las tendencias ni los calendarios de la moda del momento».
Noticia Patrocinada
Para el que quiera saber la razón de ir al museo de Getaria, lo que va a encontrar es un diálogo de diseños y la escultura en el mundo de la moda.
Un encuentro con la gasa y el encaje: el mágico color negro
En este diálogo que se ha ideado entre el museo Balenciaga de Getaria y la Fundación Azzedine Alaïa de París hay un punto de encuentro fundamental, más allá de la creación artística: Sí, el color negro. Quienes han ideado la exposición, quienes ya han podido visitarla, reconocen que supone un lugar de encuentro entre ambos creadores.
No sólo será este color, elegante y moldeable ante sus ideas y diseños que cautivan a los visitantes. Lo dice Oliver Saillard, el comisario de la exposición. Reconoce que el negro es el lugar de encuentro y una visita rápida permite reconocerlo. «El fucsia radiante de Balenciaga dialoga con el rojo intenso de Alaïa, cautivando nuestras retinas». Hay prendas para comprobarlo.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión