Los viajes en 2021 siguen en el aire

De cara a este 2021, y pese a que el futuro siga siendo incierto, el sector se aferra a que la sociedad sigue teniendo ganas de viajar. Lo que está por descubrir es si esa voluntad de hacer turismo trasciende del ideario y se materializa, y si lo hace además con la misma capacidad por parte del viajero de disfrutar como lo hacía antes. En esta ecuación, la vacuna es la 'x' que despejará muchas de las dudas, ya que será la que determine cuándo regresará la normalidad a la actividad turística, de qué manera, y sobre todo, si esa inyección terminará por convertirse en un 'pasaporte sanitario', obligatorio para acceder a ciertos países, y tan desaconsejable según algunos expertos.

Por de pronto, lo que depararán los primeros meses de 2021 es una actividad casi nula. Y así lo asumen desde la asociación Hoteles de Gipuzkoa, que cuenta con varios establecimientos asociados cerrados desde octubre, y los que continúan, lo hacen con una ocupación que apenas alcanzó el 10% en noviembre, según el Instituto Vasco de Estadística, Eustat.

«Con la tercera ola de la que tanto se habla a la vista, enero y febrero no vamos a poder trabajar. A partir de comienzos de abril, coincidiendo con Semana Santa, se cree que puede empezar a haber algo de movimiento, pero va a ser mínimo hasta casi junio. Con toda sinceridad, espero un verano mejor que el de 2020, pero vamos a tener que superar aún meses muy duros», augura su presidenta Elena Estomba, también directora del hotel de Londres.

A su juicio, el proceso de vacunación marcará la reactivación de la actividad turística. «Si para mediados de año se cumple la previsión de tener vacunado al 70% de la población, los viajes podrían empezar a realizarse con otra confinaza». Aunque, apunta, que una cosa es la reapertura de fronteras y otra bien distinta la parte emocional del turista. «No sé si somos conscientes de hasta qué punto nos ha afectado esta pandemia. Si vamos a ser capaces de hacer borrón y cuenta nueva o si nos vamos a ver eligiendo destinos en función de si hay o no aglomeraciones. No lo tengo claro», reconoce.

Lo que sí parece algo más evidente es que el perfil del turista que este año decida hacer algún viaje será, a todas luces, similar al de 2020, es decir, llegado de otros puntos del Estado, que pueda desplazarse preferiblemente en vehículo particular, a destinos no masificados y evitando zonas comunes o actividades grupales. «Recibiremos cliente nacional y europeo, pero de países cercanos». El americano, que se había convertido en el principal mercado emisor de turistas extranjeros para Donostia, «dudo que esté pensando en viajes transoceánicos». Y lo mismo sucede con el visitante australiano, ni qué decir del japonés, «donde acaban de volver a cerrar el país. Hasta no tener claros los porcentajes de vacunación y que éstos sean efectivos, va costar mucho reactivar los viajes de largo recorrido», apunta.

Una voluntad de viajar constatada pero aún contenida en la práctica es la previsión en la que coincidieron los expertos del sector turístico y de prestigio internacional que se dieron cita en un encuentro digital organizado recientemente por la Diputación de Foral de Gipuzkoa, en el cual se analizaron las claves del turismo del futuro en el territorio.

En dicho encuentro, Joseba Gortázar, director de comunicación en Europa de Vrbo, de Expedia Group, señaló que «Australia, EE UU, Italia, Francia... Todos estos mercados emisores de turistas a Gipuzkoa han funcionado igual que lo ha hecho España este verano. Ha convertido sus países en destinos burbuja, y la tendencia este 2021 seguirá siendo similar. Los destinos domésticos van a seguir siendo prioritarios. Es decir, hay pocas probabilidades de que en 2021 haya una mejoría de mercados emisores extranjeros, por mucho que la vacuna vaya administrándose», aseveró.

Y precisamente, qué papel jugará la vacuna o los test de detección en la recuperación de la normalidad del turismo es uno de los debates que están sobre la mesa. «Si será una cartilla obligatoria o no es una discusión que lleva meses produciéndose a nivel europeo», apunta Gortázar, quien no ve positivo establecer dichas barreras. «Poner en marcha de forma unitaria decisiones no coordinadas a nivel europeo no es lo deseable, lo recomendable sería que las políticas fueran lo más coordinadas posible para evitar que se establezclan diferencias competitivas entre países o incluso dentro de los países, entre comunidades autónomas».

El coronavirus ha paralizado una industria turística que esperaba alcanzar los 1.800 millones de desplazamientos en todo el mundo en 10 años. Pero el virus ha devuelto muchos aspectos del turismo a la casilla de salida, lo que permitirá enmendar comportamientos o estrategias que distaban de esa sostenibilidad que figura como uno de los retos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Para Gortázar, «la sostenibilidad siempre ha sido una asignatura pendiente. Operdores, agencias, compañías aéreas, los propios destinos... Todo el sector turístico debe repensar su modelo hacia la sostenibilidad, y esa mayor conciencia debe adoptarla también el viajero. Pensar en el transporte que se utiliza para generar las menores emisiones; una vez en el destino procurar compras a productores locales...», pone como ejemplo este guipuzcoano afincado en Madrid. La buena noticia, subraya, es que «las ganas de viajar no han cambiado, lo que está por determinar ahora es cómo viajaremos».