En el dispositivo de búsqueda han participado la Ertzaintza, DYA, Cruz Roja y voluntarios de Zegama. Cruz Roja

El último paseo de Joxe a Arranoaitz

El cuerpo sin vida del vecino de Zegama de 69 años, que relató en DV cómo superó el Covid tras pasar por la UCI, fue hallado en Zerain tras tres días de búsqueda

Ana Chueca

Lunes, 3 de agosto 2020, 06:24

Faltar a la cita para comer con un amigo fue lo que dio la voz de alarma. Sobre todo cuando pasadas las cinco de la ... tarde, seguía sin coger el teléfono. Fue entonces, el viernes sobre las 20.00 horas cuando sus amigos alertaron de su desaparición y comenzó el dispositivo de búsqueda de Joxe Larrea Mendizabal, de 69 años, natural de Zegama y residente en Vitoria. Su cuerpo fue encontrado ayer tras tres días de búsqueda en una zona boscosa del barrio Barbari en Zerain.

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Hacía cuatro meses que Joxe había superado el coronavirus, tras dos semanas ingresado en la UCI del Hospital de Txagorritxu. Una experiencia que relató con detalle a este periódico. Tras aquello, «de lo que salió con muchas fuerzas», estaba recuperando su gusto por el monte y cada vez era más asiduo por las rutas que rodean su pueblo natal. «No se distinguía por ser montañero», cuenta José Manuel Gorospe, amigo de la infancia y de la cuadrilla. «Solía hacer las mismas salidas que hacemos todos. El viernes había salido del pueblo hacia Arrandaitz. Le gustaba mucho esa zona», una cumbre bien conocida por los montañeros locales.

En la búsqueda, que se tuvo que suspender inicialmente por la niebla y que se reanudó el sábado de nuevo, tomaron parte efectivos de la Ertzaintza, Cruz Roja, bomberos y DYA. Además de la Unidad Canina, voluntarios y vecinos.

«Un día de mucho calor»

Emilio Txurruka, del grupo de montaña de Zegama, fue uno de los vecinos que ayudó a coordinar a los voluntarios de la localidad. «Pasamos por ahí -el lugar donde apareció el cuerpo- varias veces el sábado», recuerda Emilio, «pero no fue hasta ayer por la mañana cuando lo encontraron». Este vecino se Zegama reflexiona sobre lo complejo que puede llegar a ser el monte a pesar de conocer las rutas. «A la mayoría nos sorprendió que fuese hasta ahí. Era un día de mucho calor, con alerta naranja por altas temperaturas. Nos parecía mucho esfuerzo para él», explica Txurruka. Gorospe añade que a pesar de haber superado el Covid, todavía convivía con algunas de sus secuelas y su estado físico no era el más óptimo.

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Las claves

  • Desaparición El dispositivo de búsqueda empezó el viernes a las 20.00, cuando alertaron de su desaparición.

  • Dificultad del monte «Pasamos por ahí varias veces el sábado pero no fue hasta ayer que lo encontraron»

  • Tras superar el covid «Salió del Hospital de Txagorritxu con muchas fuerzas», recuerdan sus amigos

A Gorospe le hubiera gustado que en esta ocasión la administración hubiera sido más rápida a la hora de dar el permiso para activar la geolocalización del móvil. Así, desde su punto de vista, rastrear las señales del móvil nada más conocer la desaparición de Joxe hubiera hecho más efectiva la búsqueda. Más aún, cuando las señales les llevaron a una antena y para cuando quisieron corregir el rumbo el móvil ya había dejado de emitir señal.

La clave, y lo que les dio la referencia para redirigir la búsqueda, fue un mensaje que mandó sobre las once describiendo el paisaje que tenía alrededor: «Decía que desde donde estaba veía el Amboto y también el Udalaitz, esto centró mucho la búsqueda», detalla Emilio.

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«Nunca dejo de sentir que era de aquí», recuerda su amigo José Manuel. A pesar de lo años fuera de casa, en Vitoria y en Madrid, «la relación con la gente del pueblo en general era buena y Joxe se hacía sentir». «Venía a gusto al pueblo, y su hijo pequeño también. En comparación con la ciudad esto tenía que saberle a libertad».

«Alegre y positivo»

Para su amigo con quien compartió las vivencias de ser monaguillo y otras mil trastadas más, Joxe era «alegre y positivo». De esos «buenos amigos de la cuadrilla», «hablador, comunicativo y muy abierto». Gorospe destaca también lo «consecuente que era con sus ideas, además de ser muy humano». Tanto Emilio, como José Manuel, que también participó en la búsqueda, recogen el sentir de toda la localidad y lamentan la muerte de Joxe. Sobre todo, después de haber superado el Covid. Mientras estuvo ingresado, José Manuel hablaba todos los días con él, «un poco para que se desahogara» y para que se le pasara el tiempo más rápido.

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«Intuía que me iba, que me moría… Y he vuelto a nacer», decía Joxe en una entrevista que concedió a este periódico tras recibir el alta del Hospital de Txagorritxu. Tras haber superado el coronavirus y vivir momentos muy duros, el zegamarra pedía que «la gente no frivolice tampoco con la enfermedad, que no se refieran a ella como una 'gripilla', porque no lo es». «Salió del hospital con muchas fuerzas», recuerda su amigo. «Aquel no fue su momento. Tenía muchas ganas de vivir».

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