Lourdes Salvador posa junto a su hijo Iñaki en Donostia, tras presentar la campaña de Atzegi ayer. Gorka Estrada

«No somos menos por tener discapacidad»

Atzegi ·

La asociación guipuzcoana advierte de que hoy en día «aún hay muchos retos por delante» entre los que destacan «el acceso a la vivienda, la educación y el ocio»

Diego Fernández Tortosa

San Sebastián

Sábado, 29 de noviembre 2025, 07:55

El acceso a ocio, educación o puestos de trabajo son, para la gran mayoría de la población, aspectos que se dan por hecho. Pero no ... hay que ir muy lejos para ver que, a día de hoy, cosas tan básicas como esas son un lujo para ciertos colectivos sociales, como el que defiende Atzegi, la asociación guipuzcoana en favor de personas con discapacidad intelectual. Una organización que da apoyo y lucha por los derechos de personas como Magda Dabrowska, legazpiarra de 25 años. «No somos menos que los demás por tener discapacidad. Queremos tener los mismos derechos, trabajar de lo que nos gusta y que nos acepten».

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Para poder dar pasos hacia una sociedad más equitativa e igualitaria, la asociación presentó ayer una campaña de sensibilización y alertó de que «aún hay muchos retos por delante». Estas iniciativas dejan un sabor agridulce en personas como Lourdes Salvador, una de las 2.500 madres a las que ayuda la asociación. «De este modo somos capaces de conseguir más visibilidad, pero me gustaría que no hubiera necesidad de reivindicar nada», lamenta.

De todas formas, Salvador es consciente que de que conseguir estos objetivos es hoy en día «una utopía». «Hemos avanzado mucho. Mi hijo Iñaki, por ejemplo, trabaja en el Aquarium y puede jugar al fútbol, pero todavía hay muchas barreras que romper porque parece que tienen que demostrar el doble que los demás para ser tomados en cuenta», argumenta. «Parece que todavía tenemos que hacer ver a la gente que estamos capacitados para hacer cosas. Me gustaría que no nos hicieran de menos y que tuviéramos más oportunidades para poder trabajar de lo que nos interesa», continúa Dabrowska, cuyo sueño es ser «auxiliar administrativa».

Las principales barreras que enfrentan las personas de este colectivo se resumen en un decálogo que la asociación irá distribuyendo durante el año. «Cada familia tiene unas preocupaciones y focos diferentes: una educación inclusiva, el acceso a la vivienda, el derecho al ocio, el empleo... Todas esas reivindicaciones están presentes en la lista», explica Patricia Ayo, responsable del servicio de familias de Atzegi y coordinadora de la campaña. «Mi hijo tiene 30 años y quiero que pueda elegir con quién, cómo y dónde vivir», confiesa Salvador.

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La mejor forma de solucionar estos retos, opina Ayo, es cambiar la actitud. «Si la actitud y la sociedad cambian, todo va a mejorar. Tenemos que adaptarnos y ofrecer puestos que estén pensados para ellos». Salvador concuerda y añade la educación. «Todo mejoraría si se hiciera más hincapié en enseñar a los chicos desde pequeños que existen personas con diferentes capacidades. No puede ser que en los colegios se coja a las personas con discapacidad, se les saque de clase, y se les enseñe por separado».

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