Lucy Rees, la susurradora de Pottokas
Lucy Rees, la reconocida zoóloga galesa afincada en Extremadura, estudia el comportamiento de esta raza de origen vasco a través de un revolucionario método de doma
En la sierra de los Tormantos, al norte de la provincia de Cáceres, se esconde un rincón con un inconfundible tinte vasco. Cerca de Piornal, ... el pueblo más alto de Extremadura, una treintena de pottokas pastan y viven en comunidad, el grupo más numeroso de esta especialísima raza de caballos fuera de Euskadi. La zoóloga galesa Lucy Rees, una eminencia del mundo equino, es la culpable de ello. Tiene 79 años, pero deja claro que no tiene ninguna intención de retirarse: «Las pottokas me mantienen en plena forma», bromea la zoóloga desde la sierra extremeña.
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Para entender la singularidad del espacio de Lucy Rees, que comprende un área de más de 1.000 hectáreas, hay que saber que en el mundo solo se pueden ver manadas de pottokas salvajes criados de manera natural en Mongolia, Estados Unidos y en Piornal. Las pottokas de Lucy Rees son el centro de una visión científica revolucionaria dentro del mundo equino, una reinterpretación de la doma con métodos basados en la «amistad y la confianza», que atrae a numerosos visitantes de todos los rincones del mundo cada año a esta sierra extremeña.
Lucy Rees estudió Zoología en la Universidad de Londres, realizando el posgrado en Sussex. Ha escrito cinco libros. El más conocido de todos ellos, una especie de biblia de la doma natural, es 'La mente del caballo', donde se cuentan de manera sencilla los aspectos más complejos del comportamiento equino. Hace 15 años decidió trasladarse a esta vasta área de Extremadura para profundizar sus estudios sobre el comportamiento social de las pottokas. Allí, las pottokas «son protagonistas en la nueva visión científica del bienestar real del caballo, que considera sus capacidades y frustraciones mentales, físicos y sociales de más significado».
Lucy es una científica empedernida. Ella misma relata que cuando viajó a Venezuela para observar caballos salvajes se dio cuenta de que, ante una amenaza, «se juntaron formando una masa, sincronizándose, como si fueran un banco de peces». El estudio de este comportamiento le llevó a Lucy a concluir que las pottokas se pueden domar a través de «la sincronía voluntaria» y no sólo con la propuesta que ofrece la doma tradicional, que centra la educación del caballo en la autoridad. «Si todos siguen las mismas normas de juntarse, sincronizar velocidad y dirección, y no colisionarse, no hace falta dictadores dando órdenes para que la masa se mueva de forma coordinada». Un comportamiento auto-organizante sin un líder al que seguir. «Quizás, hasta nosotros podemos aprender de ellas».
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