Solo el 13% de inmuebles antiguos de Gipuzkoa han pasado la ITE obligatoria

El dato no es nada aletandor. Apenas el 13,7% de los más de 21.000 edificios antiguos que en Gipuzkoa deberían someterse a un chequeo arquitectónico antes del próximo 27 de junio lo han hecho. Y aunque aún quedan tres meses por delante, no es aventurado pronosticar que para esa fecha, por mucha prisa que se den las comunidades de propietarios concernidas, ese porcentaje apenas sufrirá cambios.

El último informe -ahora se está ultimando un nuevo decreto- pauta el calendario para que los edificios que la primavera pasada cumplieron 50 años en pie se sometan antes de este verano a una Inspección Técnica (ITE) para evaluar la situación de sus estructuras, su nivel de seguridad, eficiencia energética y el grado de accesibilidad. Pero, según evidencian las cifras registradas por el Gobierno Vasco, el grado de cumplimiento en toda Euskadi es reducido, aunque varía en función de los municipios y de la presión también que sus responsables ejercen sobre este tema. Bilbao, en ese sentido, es uno de los más cumplidores, con un 83% de ITEs cumplimentadas ya a estas alturas del año. Pero San Sebastián, en cambio, se sitúa en el lado opuesto. Según los últimos datos hechos públicos, en un 85% de los edificios que acaban de cumplir el medio siglo de vida aún no se ha superado la inspección exigida, que no siempre termina con la obligación de acometer obras ni, por tanto, de que los vecinos desembolsen una derrama.

Ese es precisamente uno de los frenos que retrae a los propietarios a la hora de llevar a cabo las ITEs, que pese a su lenta evolución, poco a poco, conforme las viviendas siguen sumando años, se van incrementando. En 2017, en concreto, se registraron en la base común abierta por el Ejecutivo vasco, a partir de los datos proporcionados por los ayuntamientos, un total de 4.895 inspecciones técnicas en Euskadi, lo que elevó la media mensual de 338 a 408 en un año. Y este 2018, los responsables municipales y autonómicos confían en que ese número se multiplique ante el vencimiento de este primer plazo tasado, aunque la obligación de someterse al chequeo y a los arreglos correspondientes de momento se limita a una cuestión de voluntad y responsabilidad de las comunidades de vecinos, y no a una amenaza de sanción, que por ahora ningún ayuntamiento ha materializado.

En San Sebastián, el concejal delegado de Urbanismo, Enrique Ramos, explica que su departamento informa a las comunidades de propietarios concernidas de la exigencia de someterse a la ITE, «una vez el arquitecto o aparejador realiza la evaluación, la presentan en el Ayuntamiento, y en función del grado (1, 2 o 3) de urgencia de las obras, el Ayuntamiento puede incluso dictar una orden de ejecución de los trabajos, o si hay riesgo para la seguridad de terceros, ejecutarlos de forma subsidiaria» y pasar luego la factura a la comunidad. «Ese es un caso excepcional».

Ramos asume el bajo porcentaje de cumplimiento en Donostia, con apenas 600 edificios con la ITE superada de los más de 4.000 que han cumplido medio siglo. Pero, de momento, no prevén sanciones. «Aún no lo hemos pensado, cuando llegue la fecha, igual hay que realizar una resolución genérica para establecer algún nuevo plazo o iniciar algún tipo de apercibimiento».

De los chequeos llevados a cabo hasta el momento en la capital guipuzcoana, según los datos recabados por el Gobierno Vasco una vez se cumplimenta «debidamente» la ITE, en la mitad de los casos se han requerido obras más o menos urgentes para reparar tejados, fachadas o estructuras que «eviten problemas de seguridad tanto para los vecinos como para los viandantes», o para mejorar la accesibilidad al edificio mediante ascensores. Se calcula, por ejemplo, que en la ciudad aún más de 15.000 edificios de viviendas carecen de elevadores.

En Irun, la situación es similar. La sociedad pública Irunvi que gestiona las ITEs apenas ha contabilizado hasta ahora 300 inspecciones de las 1.400 que están obligadas a superar los inmuebles antiguos. Tampoco allí se ha tomado aún la decisión de sancionar a quien incumpla la normativa, pendientes todavía de ese nuevo decreto que podría no solo revisar el tipo de inmuebles obligados a la inspección técnica sino ampliar un plazo que a todas luces se va a quedar corto.

Además de llamar al arquitecto o aparejador para que evalúe el estado de conservación del edificio, las comunidades de propietarios deben atender las recomendaciones que les realice para «subsanar» las deficiencias. Pero según los datos recabados en el registro vasco, Eukoregite, en Gipuzkoa solo un 36,4% de los edificios que precisan un «grado de intervención» 1, 2 o 3, los más apremiantes, han acometido dichas obras. En números absolutos, del total de inspecciones remitidas, 4.631, en 2.937 casos los técnicos concluyeron la necesidad de obras. En el resto, solo se recomendaron trabajos de mantenimiento. Y de ese global, apenas en 1.071 inmuebles se han realizado los trabajos.

En el desglose, solo en 24 edificios guipuzcoanos se diagnosticó el máximo grado de intervención, lo que implica obras inmediatas. En otros 626 inmuebles, la urgencia permitía hasta «tres meses» de plazo. Y en la mayoría, 2.287 edificios, la intervención era de grado tres, donde se otorga un año para reparar o corregir los desperfectos.

«La gente tiene que darse cuenta de que estas revisiones son un chequeo que no solo atañe a las estructuras, sino que puede prevenir averías más graves a futuro o problemas de pérdida de calor…», destacan desde el Ejecutivo, donde utilizan el mismo símil que otros responsables municipales y recuerdan que estas inspecciones son «como las revisiones médicas», que a una edad son más que recomendables para detectar achaques.

El último informe bimensual del Departamento constata las pocas ganas de ir al ‘médico’ que tienen los inmuebles vascos, con la excepción de Bilbao, donde pese al alto grado de chequeos realizados ya advierten con sancionar a las comunidades que llevan más de un año de retraso. Si para este 2018, 73.429 inmuebles en toda Euskadi de más de 50 años deben pasar ‘consulta’, de momento solo lo han hecho 9.697, lo que deja el porcentaje de ‘pacientes’ preocupados por su ‘salud’ en un 13,2%. «Probablemente, la cifra real sea algo mayor», matizan desde el Ejecutivo, conscientes de que la validez de su registro depende de la colaboración de los municipios, donde cada día el número de ITEs superadas también se amplía.

Pese a ese desfase, el Gobierno Vasco asume el alto grado de incumplimiento y deja en manos de los ayuntamientos las medidas para intentar rebajarlo. «Una cosa es la regulación de las ITE, que compete al Gobierno Vasco, y otra su gestión, que es competencia municipal, del área de Urbanismo», explican. En Gipuzkoa, hasta el pasado diciembre, solo se habían registrado 2.994 ITEs de los 21.750 edificios antiguos obligados a pasarlas este año. Apenas un 13,7% que invita a revisar y potenciar las campañas de información a las comunidades de propietarios que deben dar luz verde a las inspecciones.

La base de datos única creada por el Gobierno Vasco registra las ITEs finalizadas, una vez superado el trámite municipal, donde los propietarios de inmuebles con más de medio siglo de vida deben dar cuenta antes del 27 de junio de que han «finalizado debidamente» la inspección. Ese es el primer plazo establecido para ajustarse a las directrices de seguridad de la Ley de Vivienda para uno de los parques residenciales más antiguos.