Seis playas de Gipuzkoa toman parte en un plan transfronterizo para analizar el alga tóxica

Fue en el verano de 2020 cuando por primera vez se observó este alga tóxica en la costa vasca, que puede provocar reacciones cutáneas y respiratorias en caso de concentración importante. La aparición de este alga en las costas del Golfo de Bizkaia está ligada al aumento de la temperatura del mar, que ha ido al alza en los últimos años. La Ostreopsis es una microalga de origen tropical que ya empezó a detectarse en el Mediterráneo a finales del siglo XX. Aunque ya se observó en el Cantábrico en 2007, no fue hasta 2020 cuando empezó a afectar a los bañistas. Ese año, la presencia creciente de este microbio marino causó reacciones cutáneas a los bañistas de la playa vascofrancesa de Hendaia, con episodios de picores, irritaciones y síntomas respiratorios similares a la gripe en bañistas, practicantes de buceo, surfistas... En 2021 su impacto se extendió por casi toda la costa de Iparralde y en San Sebastián. Ese verano más de 120 bañistas fueron afectados por este alga tóxica en la costa guipuzcoana.

Hasta la fecha no existe ningún umbral regulatorio para la toxicidad de Ostreopsis y el objetivo del grupo de trabajo transfronterizo es analizar estas algas tóxicas para poder elaborar un protocolo común.

Recientemente ha surgido el programa de investigación de Ostreobila que tiene como objetivo comprender mejor el desarrollo de la microalga tóxica Ostreopsis en la costa vasca y desarrollar herramientas de toma de decisiones para las comunidades del territorio transfronterizo. Ayer mismo, los socios grupo de interés científico (GIS Litoral Vasco) se reunieron en Bidart para el seminario oficial de lanzamiento del proyecto.

El programa se desarrollará a lo largo de tres años con análisis en once sitios a ambos lados de la frontera para llegar a un protocolo común. Entre otras cosas, el plan incluirá el seguimiento de la concentración de Ostreopsis en la costa vasca transfronteriza, proporcionará a las comunidades información periódica sobre las concentraciones de Ostreopsis en las aguas de baño, consolidará los umbrales de vigilancia preliminares establecidos en función de las concentraciones en aguas de baño recogidas en 2022 y 2023 para una mejor evaluación del riesgo para la salud, armonizará los sistemas de vigilancia que desplegarán las autoridades locales francesas y españolas y buscará comprender sus impactos y toxicidad sobre los humanos y la biodiversidad.