Seis operaciones que multiplican más que por diez las cifras de otros años
El extraordinariamente alto volumen de cocaína aprehendido en un año en el entorno de la frontera parece confirmar la pujanza de una nueva ruta del narcotráfico a Europa
El tráfico y consumo de cocaína «está ganando terreno gradualmente en nuevos mercados de toda Europa. Cada semana realizamos redadas en redes de narcotráfico, y ... siempre se trata de cocaína. Antes, incautar 180 kilos de 'coca' era fantástico para nosotros. Hoy, es una pérdida mínima para los narcotraficantes».
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El ejemplo que el jefe del Departamento Interdepartamental de Investigación Criminal de Baiona, Karim Filali, suscribe en 'Sud Ouest' parece consolidar la pujanza que la muga de Irun ha cobrado en el tráfico de cocaína durante los últimos meses. Así, las más de tres toneladas de cocaína ocupadas en seis operaciones desde mediados del verano están muy por encima de las incautaciones realizadas por los diversos cuerpos policiales de uno y otro lado de la frontera en los años precedentes.
La Ertzaintza, por ejemplo, en todo Gipuzkoa había rondado los 6 o 7 kilos incautados tanto en 2022 como en 2024. En 2023 se quedó en la mitad. La Guardia Civil no llegó a esas cantidades en esos años, al centrarse más en investigaciones policiales que desembocaran en confiscaciones más importantes, como los 1.345 localizados en agosto en Burdeos en un doble fondo de un camión, en el marco de una operación transfronteriza.
El consumo de cocaína se ha hecho fuerte en Euskadi junto a otras drogas de ocio como el speed o la marihuana
En el entorno de la muga «nos centramos sobre todo en perseguir el menudeo sobre todo de cannabis y cocaína. En Irun se trapichea bastante con estas sustancias, ya que hay mucho ciudadano francés que cruza la frontera porque el gramo está más barato que en Francia».
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Las operaciones de mayor envergadura se dirigen desde el grupo de Drogas de la ertzain-etxea de Bilbao. Su jefe, Hermelo Molero, explicaba este verano en una información de este periódico que las estadísticas de incautaciones no reflejaban siempre la realidad de la actividad policial, ya que «el éxito de una o dos operaciones potentes» pueden desvirtuar los datos. Y citaba el ejemplo de los 600 kilos de cocaína confiscados en una caravana a finales de 2024 que iban rumbo a Euskadi, consciente de que «el narcotraficante prefiere traer de Marruecos cocaína que hachís, ya que reporta mayores réditos».
Marihuana y speed, al alza
En los datos que Ertzaintza y Guardia Civil han facilitado a DV, se observa que en el último año la marihuana y el hachís han copado las capturas de la Policía vasca con 142 kilos (44,5 y 138, respectivamente), muy por encima de la cocaína (6,5). En cuanto al instituto armado, sobresalen los 646,5 kilos de MDMA, 76,4 kilos de anfetaminas y los 42,7 kilos de speed.
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«Antes, incautar 180 kilos de 'coca' era fantástico para la policía. Hoy, es una pérdida mínima para los narcotraficantes»
En opinión de Molero, el consumo de esta última sustancia y de marihuana –que está desplazando al hachís a niveles «mínimos»– ha subido «muchísimo» en Euskadi, donde además de consumirse también se elaboran estas sustancias. Si el descubrimiento de plantaciones de cannabis es algo relativamente frecuente por parte de ertzainas, la Guardia Civil desmanteló el año pasado en Donostia un activo laboratorio con casi mil kilos de speed.
El problema, según lamenta el jefe de Drogas de la Policía vasca en Bilbao, es que las pesquisas policiales permiten «desarticular unos laboratorios pero aparecen otros», ya que los investigadores tienen «controlados a quienes montan esos laboratorios, pero como no son ellos los que los trabajan, es difícil encontrar pruebas para meterles mano» tanto policial como judicialmente.
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