«Para quitarnos la mascarilla debería bajar la incidencia del virus y avanzar la vacunación»

La responsable del Comité de Vigilancia Covid-19 de la Universidad del País Vasco aseguró ayer a este periódico que «es pronto» para contemplar quitarnos la mascarilla en un plazo más o menos inmediato. En su opinión, antes de flexibilizar su uso deberían confluir «dos requisitos. Por un lado, la vacunación debe estar más avanzada, porque todavía hay poca gente inmunizada. Y por otro, debería bajar el nivel de incidencia acumulada del virus. En Euskadi acabamos de bajar de 300 casos, que aún son muchos». La microbióloga desaconseja dar el paso hasta situarnos «por debajo» de los 50 positivos por cada 100.000 habitantes. Ni siquiera en la Comunidad Valenciana, que se halla con menos de 30 casos, se debería permitir quitarse la mascarilla. «No es el momento, porque su índice de inmunidad aún es bajo», recalca.

En todo caso, Basaras no alienta una retirada radical de la mascarilla, sino únicamente «en espacios al aire libre donde haya una buena ventilación y siempre y cuando no haya aglomeraciones». En momentos de alta concentración de personas, en los que resulte difícil mantener una distancia interpersonal conveniente, aún sería necesaria esta prenda protectora porque «el riesgo de transmisión del virus aún es demasiado elevado».

La mayor parte de expertos que ayer se manifestaron en torno a la obligatoriedad de la mascarilla coincidían en su recomendación a mantener su uso. Por ello pudo sorprender más el anuncio de Simón, que Basaras enmarca en «un deseo de lanzar un mensaje positivo que nos indique que vamos en la buena dirección». Sin embargo, esto lleva implícito el peligro de «transmitir una falsa sensación de seguridad sanitaria, cuando debemos ser cautos porque la incidencia aún es alta y no sabemos cuál va a ser la tendencia en los próximos días, cuando se vea el efecto que pueda tener el final del estado de alarma y el aumento de la movilidad».

Precisamente, desde que el pasado día 9 se levantara la situación de excepcionalidad, las comunidades autónomas pueden adoptar sus propias decisiones para tratar de combatir la pandemia, lo que, en opinión de Miren Basaras, puede llevar «a confusión sobre las medidas que se aplican en un territorio y en otro. En algo tan importante como la mascarilla, que es una de las medidas más importantes para protegernos y generar una tranquilidad, convendría que todas las comunidades actuaran de la misma manera».

En la misma línea que Basaras se expresaron ayer en el Parlamento Vasco tanto la directora de Salud Pública del Gobierno Vasco, Itziar Larizgoitia, como el presidente del Consejo Asesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes de Euskadi, Enrique Peiró. La especialista en medicina preventiva señaló que, pese a que la «gran mayoría» de las personas de más de 60 años ha recibido al menos una dosis de la vacuna en Euskadi, «todavía es necesario mantener las medidas de restricción de la sociabilidad, de protección», como el tapabocas y la distancia interpersonal de seguridad. «No estamos en un nivel en el que podamos estar seguros de estar superando el virus», advirtió. «Todavía no estamos al final del túnel, aún no hay suficiente población inmunizada», coincidió Peiró, quien también se mostró partidario de «conservar estas medidas (preventivas) que han demostrado su efectividad».

Es más, en opinión del epidemiólogo, acciones como el lavado frecuente de manos, la ventilación y renovación del aire de espacios cerrados, o la utilización de la mascarilla «han venido para quedarse, incorporaremos estas prácticas, aunque sea a otro nivel o menor intensidad. Usar mascarilla es un elemento de seguridad frente al riesgo de contagios no solo de coronavirus, sino de otras infecciones».