Dos agentes de la Ertzaintza atienden a una mujer en lo que sería el primer paso del protocolo cuando una víctima denuncia una situación de violencia de género. Ertzaintza.

La protección a víctimas de violencia machista alcanza su pico en Gipuzkoa, con 2.263 protegidas

Doce de ellas entran en la categoría de «riesgo especial» y reciben la vigilancia de escoltas privados «permanentes o esporádicos»

Jueves, 28 de agosto 2025, 00:03

Maritza, Alejandra, Susana o Noelia. Son los nombres de las últimas mujeres asesinadas a manos de un hombre a nivel estatal. Sólo entre abril y ... junio se registraron hasta 14 crímenes machistas y en lo que va de 2025 son 24 las víctimas de feminicidio. Desde el año 2003, 1.318 mujeres han sido asesinadas. Son cifras que evidencian un profundo problema en nuestra sociedad. Datos que confirman que esta lacra social es una realidad. Pero tras los números se encuentran historias, vidas y, en definitiva, personas que deben ser protegidas cuando la situación lo requiere. En el caso de Gipuzkoa, la Ertzaintza trabaja en colaboración con otras instituciones para ofrecer un servicio de protección, prevención y seguimiento a las víctimas.

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Los datos respaldan la eficacia del sistema guipuzcoano. En los últimos 20 años Gipuzkoa ha tenido que lamentar 14 asesinatos machistas. El último de ellos, el de Leonor, a manos de su expareja el 30 de noviembre de 2024, en Pasai Antxo. Aunque existían denuncias previas, no se pudo evitar que la violencia machista se cobrara otra vida más en nuestro territorio. Xabier Peña Koka, comisario de la ertzain-etxea de Urola-Kosta y miembro del Equipo de Proceso en Violencia de Género de la Ertzaintza, apunta hacia estas denuncias previas como factor imprescindible. «Sólo vemos la punta del iceberg. En el 85% de los casos de crímenes machistas no había denuncia previa. Insistimos en hacer un llamamiento para que todas las mujeres que estén en situación de peligro denuncien. Es recomendable, básico y muy adecuado».

En la actualidad, 2.263 guipuzcoanas viven bajo protección policial, 156 más que el año pasado y la cifra más alta jamás registrada en el territorio. En el conjunto de Euskadi, son 6.317 las víctimas de violencia machista que están protegidas por la Policía vasca, un 10% más que en 2024. En lo que respecta a victimizaciones de violencia de género contra las mujeres, Gipuzkoa ha registrado en lo que va de año 964 casos (2,88% más), 245 de violencia doméstica (2,88% más) y 142 delitos contra la libertad sexual (10,69% menos).

Las autoridades policiales gestionan en Gipuzkoa 2.390 expedientes de violencia doméstica y de género (EBA), que a nivel autonómico ascienden hasta los 6.727. A través de estos procedimientos, la Ertzaintza, en coordinación con otros cuerpos, gestiona los casos, homologa evaluaciones de riesgo de cada mujer y establece la protección adecuada según el nivel de peligro que se diagnostique. En base a las características de cada caso, la Ertzaintza proporciona las medidas de seguridad adecuadas. Actualmente, «diez mujeres cuentan con un escolta permanente» en Gipuzkoa, y «dos víctimas» tienen escolta esporádica. Las primeras reciben «vigilancia 24 horas» mediante un «servicio de escoltas privados», puntualiza Peña.

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La guardia esporádica se emplea en casos en los que el agresor ingresa en prisión, «y se activa cada vez que sale de permiso». Estas son consideradas víctimas de «riesgo especial», y una vez aceptan recibir protección, «inicialmente la ejecutan agentes de la Ertzaintza y después la llevan a cabo escoltas privados profesionales». Se trata de «casos graves, con agresores recurrentes, cuando conviven juntos o se incumple reiteradamente la orden de alejamiento», detalla Peña.

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Dentro del programa de protección se diferencian otro tipo de medidas que se aplican en función de la casuística detectada. «La pulsera telemática GPS sirve para controlar una orden de alejamiento. Es la única medida que no es policial, requiere autorización judicial», explica el comisario. 69 guipuzcoanas cuentan con esta protección en su día a día (164 en Euskadi).

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«Especial complejidad»

Existen también medidas de protección para «casos de especial complejidad». En algunas ocasiones, indica Peña, «las víctimas no se reconocen como tales o tienen causas pendientes en el juzgado y no quieren tener ningún trato con la policía. Pueden ser víctimas subyugadas a la violencia machista a través de su cultura, que no tienen domicilio fijo ni red social de apoyo o tienen alguna discapacidad psicológica o física que les hace depender de terceras personas. También se ve en casos en los que la víctima tiene grandes cargas familiares».

Específicamente para estas problemáticas se lleva a cabo la contravigilancia. «La realizan agentes de paisano, quiera o no quiera la víctima, para hacer la prevención y la protección». En Gipuzkoa, 89 mujeres víctimas de violencia de género están protegidas a través de la contravigilancia, ascendiendo a 248 en el conjunto de Euskadi.

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A día de hoy, 1.824 guipuzcoanas tienen en vigor una orden de protección respecto a sus agresores. En Euskadi un total de 4.666 mujeres tienen activa esta medida de alejamiento. Estos son los procedimientos que sigue la Policía vasca cuando reciben una denuncia, pero también tienen un protocolo en caso de que no exista. Aplican una serie de medidas de prevención basadas en la «asistencia profesional multidisciplinar». Incluye apoyo de los servicios sociales, asesoramiento jurídico, asistencia integral de protección y seguimiento, y ayudas públicas como cambios de domicilio o trabajo.

Desde la Ertzaintza advierten que estos casos «están vivos». Es decir, que «la víctima puede aceptar el servicio de escolta permanente y de igual forma renunciar cuando lo desee, cumpliendo el requisito de valoración de riesgo especial policial». Esta valoración, aclara Peña, es «continua» y la realizan diferentes ertzainas en momentos secuenciales. «Puede haber casos que empiezan con un nivel básico moderado y luego derivan en un caso especial, y viceversa».

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La preocupante tendencia de este tipo de crímenes a nivel estatal obliga a los cuerpos policiales a adaptarse y reforzar sus servicios de prevención. «Se ha aumentado el número de agentes de la Ertzaintza que realizan el seguimiento integral, personalizado y especializado con las víctimas de violencia de género en las 21 ertzain-etxeas de Euskadi», informa el comisario. En este sentido, recuerda que «la totalidad de la División de Protección Ciudadana está implicada en los tres niveles de acción: la atención a la urgencia y protección inmediata, incoación de diligencias y seguimiento personalizado de cada caso». Los agentes de la Policía vasca realizan actividades de protección prioritarias y planificadas «en un elevado porcentaje del trabajo diario».

«Los casos están vivos, pueden empezar siendo de nivel básico y derivar en peligrosidad especial, y viceversa»

Xabier Peña Koka

Comisario Ertzaintza Urola-Kosta

La Ertzaintza prevé implementar medidas adicionales de cara al futuro. «Queremos aumentar el trabajo con las víctimas de especial complejidad y profundizar en los casos de agresores persistentes», adelanta Peña. «También buscamos adecuar la escala de valoración de riesgo en las relaciones de pareja y expareja. Además, implementaremos nuevas categorías en el resto de modalidades de violencia machista como la filio-parental y la doméstica».

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Las novedades llegarán también al otro lado de estos servicios, es decir, a los agentes que trabajan en ellos. «Aumentaremos la formación de los ertzainas en cuanto a novedades legislativas, igualdad y protección mediante cursos de especialización en Arkaute. Paralelamente, los medios tecnológicos de seguridad y prevención serán mejorados».

«El trabajo está funcionando»

El procedimiento que sigue la Policía vasca para proteger a las víctimas de violencia de género es laborioso, pero está dando sus frutos. «Está funcionando. La Ertzaintza es una policía preventiva, de proximidad y comunitaria. Trabajamos en equipo con las víctimas, con cercanía, compromiso, sensibilización, calidez y empatía. Siempre buscamos la calidad y la mejora continua del servicio», expresa Peña. «El trabajo de protección, prevención y seguimiento a las víctimas está dando buenos resultados».

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Las principales labores, según resume el comisario, se basan en «vigilancia preventiva sobre domicilio y lugar de trabajo, servicio de contravigilancia por parte de agentes no uniformados, escolta permanente de 24 horas y operativos puntuales de protección».

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