Javier Salgado, director general de Funeraria Vascongada y Antxon Oruesagasti, gerente de Memora Gipuzkoa. Lobo Altuna

«Nos han privado de honrar a los difuntos y acompañar a sus familias»

Los responsables de funerarias lamentan que las medidas restrictivas para despedir a los fallecidos dificultan el proceso de duelo

Iker Marín

San Sebastián

Domingo, 1 de noviembre 2020, 07:46

La pandemia provocada por el coronavirus SARS-coV-2 ha dejado hasta ahora 448 fallecidos en Gipuzkoa. El vertiginoso incremento de casos positivos que se ... están diagnosticando en el territorio durante los últimos días conlleva más hospitalizaciones, más casos que acaban en la UCI del Hospital Universitario Donostia y más pacientes críticos en las residencias de mayores. En su último informe sobre muertes por Covid-19, el Servicio Vasco de Salud notificó 21 nuevos decesos en Gipuzkoa entre el 19 y el 25 de octubre. Es decir, 21 familias que se han tenido que enfrentar a una situación dramática en la que ni tan siquiera han podido estar cerca de su ser querido. El papel de las empresas funerarias en estas circunstancias es básico para tratar de sobrellevar la pérdida de la manera menos trágica posible.

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«Ahora mismo las familias que pierden a un ser querido por Covid-19 no pueden ver al difunto», apunta Antxon Oruesagasti, gerente de Memora Gipuzkoa. Además, «este 'tsunami' que vivimos nos ha privado de realizar nuestro trabajo como estábamos acostumbrados», añade Javier Salgado, director general del grupo Funeraria Vascongada. «Ofrecíamos consuelo, respeto, ánimo. Con palabras o sin ellas, ayudando, honrando, y esto nos ha sido privado», señala.

Por otro lado, las despedidas a todos los fallecidos están otra vez restringidas por estrictas medidas de seguridad que han sido aprobadas con el nuevo estado de alarma. Las limitaciones a las que se enfrentan familias, y también empresas del sector, y afectan a velatorios y entierros.

Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, con un límite de 30 personas en espacios al aire libre y de 6 personas en espacios cerrados, sean o no convivientes. La participación en la comitiva para la despedida en la cremación del fallecido, «la tenemos limitada a 4 personas al ser un espacio cerrado y por el aforo del que disponemos en función del tamaño de la sala, el decreto menciona que el límite son 10 personas», dice Salgado.

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Este tipo de restricciones que se repiten desde los primeros meses de la pandemia generaron «incertidumbre» en las familias. «No entendían las limitaciones que teníamos», señala. Oruesagasti añade que la crisis sanitaria «ha impactado indiscutiblemente en cómo nos relacionamos con ellos». Todo ello «ha dificultado el correcto proceso del duelo y despedida. Y esta ha sido la parte más dura para ellos y para nosotros», afirma el gerente de Memora Gipuzkoa. Coincide el responsable de Funeraria Vascongada. «La posibilidad de despedirse debidamente de nuestros seres queridos es clave para una adecuada gestión del duelo. Es un momento de transición psicológica, necesario para asumir la despedida, y que pasamos acompañados de familiares, amigos y allegados. Es un momento de respeto y de recuerdo que tampoco pudieron llevar a cabo».

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