Basabizi. Momento de la liberación del erizo, que es sostenidocon un pañuelo por uno de los responsables del centro ante ladiputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza. F. DE LA HERA
Urnieta

Los primeros pasos de un erizo curado en Basabizi

El centro de recuperación de fauna silvestre de Gipuzkoa ha atendido a 589 animales desde su inauguración hace un año

Claudia Turiel

Jueves, 10 de agosto 2023, 02:00

Aves, mamíferos, reptiles... El centro de recuperación de fauna silvestre de Gipuzkoa, Basabizi, lleva un año en funcionamiento, tiempo en el que 589 animales han ... pasado por la finca foral Arizmendi, en Urnieta. El objetivo del centro es el de «recoger, cuidar, mantener y recuperar a los animales que se encuentran imposibilitados para sobrevivir en su entorno, para después devolverlos al medio natural», explicaba ayer la diputada general, Eider Mendoza, quien, acompañada del diputado de Equilibrio Territorial Verde, Xabier Arruti, asistió al acto que conmemoraba el primer aniversario del centro. El gran protagonista de esta efeméride fue un erizo que dio sus primeros pasos tras ser curado en el centro.

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El equipo de Basabizi realizó una visita guiada por las instalaciones en la que se pudo ver algunas de las 31 criaturas a las que, a día de hoy, asiste el centro de recuperación, como un par de gaviotas, un faisán dorado y un corzo joven. Con 5.000 metros cuadrados de infraestructura, Basabizi cuenta con todo lo necesario para asistir a cualquier ejemplar en apuros: un quirófano, una sala de rayos X, incubadoras y un tren de boxes para la recepción de mamíferos y aves. Además, cuenta con amplios voladeros donde los pájaros a punto de ser puestos en libertad pueden poner en práctica el vuelo y la caza de pequeñas presas para alimentarse. Allí se halla un milano negro, un ave rapaz que pronto volverá a su hábitat natural.

A escasos metros se encuentra el tren de boxes, que acoge a una gran variedad de aves. Estas, debido a su estado de salud y a su reciente incorporación al centro, no interactuaron con los asistentes. Aún así, los presentes pudieron escuchar cómo las aves piaban y silbaban sin parar.

De los animales atendidos en el primer año de actividad (un total de 589), el 85% han sido aves, el 9% mamíferos y el 6% reptiles. Asimismo, casi el 60% de los animales que han entrado se han curado y han sido puestos en libertad. Algunos han sido enviados a santuarios de la zona por tratarse de animales que no pueden volver a la naturaleza, o por tratarse de especies exóticas como serpientes pitón, loros, cotorras o gekkos. «Los números demuestran que la apuesta realizada hace un año ha merecido la pena», afirmaba Mendoza.

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Otros animales, debido a la gravedad de las lesiones, o por enfermedades, han muerto. En Basabizi también ingresan ejemplares de fauna silvestre ya fallecidos, para así analizar las causas de la muerte y realizar un seguimiento del estado sanitario de las especies de fauna silvestre de Gipuzkoa. Iñigo Mendiola, jefe del servicio foral de Fauna y Flora, recordó las dificultades a las que se enfrentaron antes de inaugurar el centro, que tuvo que ser cerrado por un brote de gripe aviar en uno de los ejemplares de buitre que acogieron. «Esto refleja la importancia de un centro como Basabizi. Gracias a ello fuimos capaces de detectar el brote, que además suponía el primer caso de gripe aviar en esta especie de ave en Gipuzkoa», señaló.

La diputada general, al igual que los cinco trabajadores del centro (un veterinario, tres asistentes clínicos de veterinaria y un operario), hicieron hincapié en la importancia que tiene la implicación y la labor de la ciudadanía para la prosperidad de estos animales lastimados. «En caso de encontrarse con un ejemplar herido, la recomendación es abstenerse de tocarlo y/o manipularlo y dar parte cuanto antes al teléfono 943 000 420 para que el animal sea trasladado al centro, pueda recuperarse y volver así a su medio natural lo antes posible», remarcaron.

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Después de presenciar todas las fases en las que Basabizi interviene para cuidar, proteger y ayudar a estos animales, el centro finalizó la visita con el último paso, que a su vez es el que más llena de satisfacción a los trabajadores: la liberación. En este caso, se llevó a cabo la puesta en libertad de un erizo que llegó a manos de Basabizi, y ver sus primeros pasos.

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