Los sectores que se liberan del pase covid se lamentan de las pérdidas sufridas

La reducción de espacios donde se exige a partir de hoy el pasaporte covid ha sido recibido según el sector afectado. Alivio para unos, dudas para otros y resignación entre la parte de la hostelería afectada, en los restaurantes de más de 50 comensales y ocio nocturno. Para todos los que su negocio dependía de que el cliente tuviera la pauta completa acreditada aseguran que han perdido dinero. Lo siguiente una vez el trámite ha quedado obsoleto está en recuperar a quienes decidieron marcharse por su obligatoria exigencia.

Para el sector hostelero «no ha supuesto una sorpresa» que el pasaporte covid «haya caído» y «tan solo nos queda esperar unos días y que el Gobierno Vasco sea consecuente y elimine su uso en todos los supuestos», asegura Kino Martínez. El secretario general de Hostelería Gipuzkoa no encuentra sentido a su mantenimiento en vigor en dos apartados de su sector, grandes restaurantes y ocio nocturno, «que sigue cerrado». No tiene claro que estos dos meses de chequeos en la entrada de los establecimientos hayan servido para bajar los datos de contagios. Espera que «alguien del Gobierno Vasco» agradezca «el gran esfuerzo» que han hecho en su sector. «Hemos hecho los deberes, se ha pedido el pasaporte a los clientes, en algunos casos enfrentándose a ellos, en otros casos perdiendo clientes que se iban a locales que no lo pedían, con algún enfrentamiento entre establecimientos, y recibiendo críticas y valoraciones bajas en redes sociales con campañas orquestadas. Con todo, y pese a todo, hemos cumplido».

El presidente de la Asociación de Salas de Cine de Euskadi (EZAE), Alfonso Benegas, admitió que «es un alivio», pero añadió que «el pasaporte era sólo uno de los problemas que afrontamos, como también lo son la restricción de aforos, la mascarilla o la prohibición de venta de palomitas». Desde EZAE se considera que «hay un público que se mantiene fiel, pero otro, especialmente el infantil y juvenil, no ha vuelto a las salas. Necesitamos que se eliminen todas las restricciones y también campañas institucionales para convencer a ese sector de que la vuelta a las salas de cine es segura». Por su parte, el responsable de la Unidad de Cine de Sade, Iñaki Elorza, mostró su esperanza de que la medida suponga «el comienzo de una vuelta a la normalidad por lo menos en lo relativo a restricciones».

Los centros deportivos perdieron clientes que habían rechazado vacunarse con la ampliación del uso del certificado sanitario a mediados de diciembre. «No fueron muchos, pero sí algunos. En estos momentos tan difíciles tener que devolver la cuota pagada y quedarte con menos usuarios es un fastidio», explica David Ramos, dueño del gimnasio femenino Onbide de Donostia. El certificado se había convertido en «una traba más» y «no tener que pedirlo nos facilita el funcionamiento», insiste Ramos, que espera poder prescindir de la mascarilla pronto. «Entonces todo será redondo», apunta. En Hernani, Ismael Mateo, dueño del gimnasio Denontzat, se suma a la celebración. «Ha sido una medida más dirigida a incentivar a la vacunación y no a evitar el contagio. Nosotros tenemos mucho control y el riesgo era mínimo», defiende, por lo que ven «con buenos ojos» su eliminación, sobre todo después de la «pérdida de clientes que ha supuesto».

Las residencias son otros de los lugares que ya no tendrán que demandar el pasaporte covid a los familiares. En los centros de mayores la opinión es diversa. Al gerente de la residencia San Ignacio de San Sebastián, Borja Gómez Usabiaga, este cambio le genera «cierta incertidumbre» porque «vendrán al centro familiares que no sabemos si están vacunados». No obstante, «en todo este tiempo han contagiado tanto personas vacunadas como no». Precisamente por eso, Silvia Piqué, que tiene un familiar en la residencia donostiarra de Lamourous, se alegra «por los usuarios. Quien no se vacuna ya sabe a lo que se enfrenta pero los mayores de residencias no tienen la culpa. Además, se ha demostrado que ni las tres dosis evitan el contagio», aunque sí desarrollar una sintomatología grave. Ella está vacunada y ha podido entrar en todo momento al centro con su pase.

Quienes también se encuentran de celebración son los hoteles y alojamientos turísticos. El Gobierno Vasco pidió ampliar el uso del pasaporte a estos lugares, pero los jueces han rechazado su solicitud. «Lo esperábamos», admite Asier Pereda, presidente de la asociación de apartamentos turísticos de Euskadi Aparture. «Desde el principio no entendimos la petición, que llega en un periodo donde la actividad turística es residual». La decisión de los jueces es «lógica y coherente». Fran González, del Hotel Cocina de San Sebastián, coincide en que el fallo es «coherente. No tenía ningún sentido ampliar ahora la medida, cuando la habitación de un hotel se equipara al domicilio familiar».

En el centro de talasoterapia de La Perla, en San Sebastián, a partir de hoy el pasaporte covid solo es obligatorio en su restaurante. «En ningún sitio más, y estamos deseando que lo quiten», comenta Ainhoa Otaegui, su gerente. «Hemos perdido clientela en todos los ámbitos que abarcamos. Gente que cuando sabía que lo pedíamos para entrar se ha ido y no ha vuelto», cuenta. «Hemos cumplido a rajatabla y eso ha implicado un esfuerzo por nuestra parte».

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