El Kursaal saca la cabeza pese a perder casi dos tercios de ingresos por el Covid

El año pasado empezó bien, tal y como recordó este jueves el gerente, Iker Goikoetxea, tras el consejo de administración del Kursaal, en el que participaron también el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, y el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia.

«Arrancamos el año pasado con un excelente ritmo de actividad, con 33 espectáculos en el área de cultura y 22 eventos en lo que es la parte congresual y de eventos. Un total de 44.210 personas recalaron en el Kursaal desde primeros de enero hasta el 8 de marzo, fecha en la que la actividad tuvo que paralizarse debido a la pandemia».

Fue el espectáculo de Les Luthiers el que daba el imprevisible cerrojazo al auditorio donostiarra. No fue hasta el 12 de junio cuando pudo abrir sus puertas con una actividad bien distinta a la actuación en directo de los argentinos. Era la realización de los exámenes de inglés Cambrige de Lakunza.

La apertura supuso la adaptación de los formatos y los espacios a las nuevas medidas que supusieron esa caída en el volumen de negocio hasta 1,6 millones de euros, un 64% menos que en 2019.

Sin embargo, se llegaron a organizar 152 eventos, 79 de ellos culturales, con un total de 96.349 asistentes. «Todos contaron con un alto grado de satisfacción de los clientes, pero sobre todo con protocolos específicos para garantizar la seguridad y la salud de las personas. Para las que acudían a los actos culturales y para quienes participaban en eventos y reuniones».

La vía streaming ha sido una incorporación decisiva para que la actividad no se paralizara, lo reconoce el propio Goikoetxea, pero el gerente resalta también que estos congresos híbridos no aportan la riqueza de los presenciales a todo ese ecosistema que se mueve alrededor del Kursaaal, desde los hoteles y restaurantes hasta los taxistas.

«Hay que reconocer que el segmento de congresos, convenciones y ferias han sido los más afectados por las restricciones, pese a que produjeron en Gipuzkoa un impacto económico de ocho millones de euros. El año anterior fueron 52. El impacto presencial es mucho mayor».

Goikoetxea, cuya gestión fue resaltada por Olano y por Goia, destacó también la celebración de exámenes y pruebas de elección que tuvieron lugar en los distintos espacios del palacio Kursaal, «que se llevaron a cabo con toda seguridad para las 2.608 personas que participaron en ella».

Más allá de los congresos o los exámenes, la gran protagonista del verano ha sido la cultura con la celebración de los tres grandes festivales estivales que también estuvieron marcados por el Covid.

La temporada arrancó con el Jazzaldia, sus tres conciertos en el audiorio y 23 más en las terrazas, que contaron con 7.023 asistentes. La Quincena Musical también tuvo que adaptar su programación y sus escenarios, pero no renunció a la celebración de su ciclo sinfónico para los 3.000 espectadores que no fallaron a las cinco citas celebradas en el auditorio del Kursaal.

El Festival de Cine tampoco se quedó atrás con sus 22.110 asistentes para las 76 proyecciones cinematográficas 71 eventos diferentes organizados en septiembre.

«No podemos olvidar tampoco a la Euskadiko Orkestra o a promotores privados que, como Get In, han seguido organizando actuaciones en un escenario cambiante y lleno de incertidumbre. Ni, desde luego, al público, que ha seguido acudiendo a todo lo programado. Sin ellos no hubiera sido posible».