Pacientes, obligados a hacerse a sí mismos el test de antígeno en ambulatorios

Estos últimos días en los ambulatorios se pueden ver grandes colas frente a sus puertas a la espera de realizar pruebas de covid. Esta nueva modalidad implica que cada persona debe introducirse en las fosas nasales los bastoncillos para la recogida de muestras, como si estuviera haciéndose un test casero.

Una de las personas que ha tenido que adaptarse a esta circunstancia cuenta a este periódico cómo, «tras hacer una cola de una hora pese a tener cita cogida», ayer mismo tuvo que realizar ella la prueba a su bebé de dos años a la entrada del ambulatorio de Amara Berri en Donostia. «Me dijeron que tenía que coger las muestras nasales yo misma. Les tuve que pedir ayuda porque me resultaba imposible hacerlo sola. Alguien tiene que sujetarle los brazos porque no era factible meterle por la nariz nada sin que se mueva», describe. «Frente a la caseta de test había dos filas: las de PCR, que te hacen las enfermeras, y las de antígenos, que nos hacíamos cada uno», relata.

Así que en esa segunda fila de antígenos se podía ver cómo los padres realizaban las pruebas a sus hijos, o personas solas se tomaban las muestras nasales. «No entiendo para qué te dan cita, y tampoco sé qué fiabilidad puede tener una recogida de muestras que nos hacemos nosotros mismos», declaraba aún sorprendida. «Para esto, que dejen las pruebas en farmacias y ya las vamos llevando».

El de Amara Berri no es el único ambulatorio que ha tenido que tirar de las autopruebas. Según testimonios que han llegado a esta redacción, en el centro de salud de Ondarreta sucede lo mismo. Allí el argumento esgrimido a otra persona fue que al ser técnicos y no enfermeras los que dispensaben los test no los podían hacer ellos. Y la secuencia se ha repetido en el de la Parte Vieja, y en localidades como Beasain Zumarraga o Lazkao, entre otros.

La variante ómicron ha disparado el número de contagios. Euskadi registró ayer el mayor número de infectados desde marzo de 2020.