«El objetivo en la muga de Irun es detectar la trata de personas, pero es casi invisible»
Desde que Save the Children se estableció en la frontera en septiembre, ha atendido a 47 personas en tránsito como posibles víctimas de trata de seres humanos, 31 varones
Oskar Ortiz de Guinea
Irun
Jueves, 14 de marzo 2024, 06:52
Detectar lo que casi resulta indetectable. Con este reto se estableció Save the Children al final del pasado verano en Irun, donde trata de detectar ... y, en su caso, proteger a posibles víctimas de trata de seres humanos entre el colectivo de migrantes en tránsito que pasan por la muga bidasotarra. En este contexto, por el momento han atendido a casi medio centenar de personas –el 72% varones–, aunque no han identificado ningún caso concreto. Este hecho tampoco es del todo relevante, ni siquiera tranquilizador, porque no hay nada que descarte una actividad delictiva que «es casi invisible», advierte la organización. «Y lo que se detecta, es la punta del iceberg».
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El trabajo en Irun forma parte de un proyecto con fondos europeos que Save the Children lidera con otras seis entidades de Italia y Francia que también luchan contra la trata en el flujo migratorio que cruza sus fronteras. El objetivo es garantizar que «chicos y chicas menores de 18 años y mujeres de hasta 30 años, con o sin hijos», puedan completar la ruta sin el riesgo de volver a atrapadas por las mafias de trata. De momento, en Irun han atendido a 47 personas (31 hombres y 16 mujeres), de ellas 13 menores.
«La trata de seres no afecta solo a mujeres, también a niños, niñas y hombres con más fin que el sexual»
Charo Arranz
Directora Save the Children Euskadi
Tanto Charo Arranz, directora de Save the Children Euskadi, como Marta Díez Alonso, coordinadora del proyecto en las fronteras españolas, advierten que este delito no se ciñe únicamente a una finalidad de explotación sexual, donde «el 93% de las víctimas son mujeres», sino también con otros fines que afectan ya «a niños y niñas e incluso a hombres», como «la explotación laboral, captación de niños soldado o para temas de mendicidad».
Esta realidad no la han percibido en Irun, pero Charo Arranz y Marta Díez saben que existe porque «a compañeros nuestros en Francia les han llegado personas que han denunciado haber sido víctimas de trata en España, pero habían pasado desapercibidas por alguna de nuestras fronteras». También cuentan «con la colaboración de la red local de acogida, que nos comunica si ven algún grupo vulnerable». De hecho, Irungo Harrera Sarea ya ha llegado a detectar y denunciar algunas víctimas de mujeres, que habían llegado con la 'protección' de sus explotadores sexuales.
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«Si les damos espacios seguros en su recorrido migratorio, menos riesgo tendrán de caer en una red de trata»
Marta Díez Alonso
Coordinadora del proyecto en España
«Nuestro objetivo es intentar detectar estos casos –insisten–, pero sabemos que son casi invisibles. Sobre todo si son mujeres, que salen menos a la calle». A menudo, porque han pagado por el viaje. Sacar a la luz estos casos ocultos es el desafío de la oficial de protección Naomi Mercier y los educadores sociales Daouda Garango y Mariam Ashalem de Andrés, los tres integrantes de la oficina irundarra, que constituye la primera incursión de Save the Children en Gipuzkoa y también en materia migratoria en Euskadi. «Hay que tener en cuenta que la intención de quienes llegan a Irun es seguir hacia el norte de Europa. Apenas paran uno o dos días en Irun, y ahora ni eso porque la policía francesa está vigilando menos los puentes». Y confirmar una situación de trata requiere «una entrevista personal para determinar el grado de vulnerabilidad», matizan las dos expertas, que tampoco buscaban resultados inmediatos porque este proyecto se extenderá hasta marzo de 2025.
Aunque «es pronto para sacar conclusiones», las personas a las que atienden facilitan su número de teléfono para la protección de la trata (900 907 523) con unos flyers en francés, inglés o árabe, así como los contactos con otras entidades amigas para proporcionales un viaje más seguro.
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Las organizaciones de Italia y Francia visitan la frontera bidasotarra
Las seis organizaciones de Italia y Francia que se coordinan con Save the Children para analizar tanto en sus fronteras como en centros de acogida -en París, Nimes o Ventimiglia- la trata de seres humanos en el flujo migratorio tanto desde África como del este de Europa, se reúnen este miércoles y jueves en Hondarribia e Irun para poner en común sus experiencias. Así, mientras el perfil del migrante en Irun es un varón subsahariano llegado «casi al 100% por Canarias», en Francia «hay una mayoría de mujeres de mayor edad que aquí». Al margen de su labor de campo, también inciden «en la formación de las entidades que trabajan con las personas migrantes para detectar los posibles casos de trata», algo que ya han llevado a cabo con colectivos de ambos lados del río Bidasoa.
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