Uno de los objetivos del nuevo acceso es descongestioar el Paseo de Bizkaia. Fraile

El nuevo acceso a Donostia a los barrios de Intxaurrondo, Egia y Gros se empezará a ejecutar en 2020

El enlace de Marrutxipi consistirá en una salida a izquierdas que conecte la variante con la zona oriental de Donostia

Gaizka Lasa

San Sebastián

Miércoles, 24 de octubre 2018, 21:17

¡Eureka!, encontrada la solución para trazar una salida directa de la variante GI-20 a los barrios donostiarras de Intxaurrondo, Egia y Gros sin destrozar el entorno. Al estilo Arquímedes revelaron ayer el descubrimiento el diputado general, Markel Olano, la diputada foral de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, y el alcalde de Donostia, Eneko Goia. El hallazgo ha costado pero con el diseño planeado, la zona oriental de Donostia tendrá entrada y salida directa desde la variante tanto en sentido Behobia como en dirección Bilbao. Será, por tanto, un enlace completo, no un semienlace como el que se construirá en la AP-8 para entrar al centro de Irun llegando desde Donostialdea.

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La solución parte «de una premisa imaginativa», señaló Goia, quien recordó que «estamos acostumbrados a que la salida sea a derechas». La novedad respecto a otro tipo de planteamientos que no llegaban a convencer consiste precisamente en que el acceso hacia Intxaurrondo-Egia-Gros se realizará a través de una salida a izquierdas para quienes circulan en sentido Irun en pendiente descendente, de manera que se atraviesa por debajo la variante para cruzar hacia esa zona oriental de la capital guipuzcoana. ¡Eureka!

Aunque no sea lo natural –ni la opción deseada por los ingenieros, según confesaron ayer fuentes cercanas a la gestación del proyecto–, la salida a izquierdas permite dejar intactos los parques de Etzieta y Castelao, y no afectar a la zona urbanizada contigua al cementerio de Polloe con una macroactuación. Este tipo de salida ya funciona para acceder a Amara por Carlos I o a Trintxerpe. Por su parte, el tráfico que procede de Oarsoaldea y Bidasoaldea sí que tendrá una incorporación a la derecha del sentido de su marcha.

Eneko Goia, Markel Olano y Aintzane Oiarbide, en la Diputación.

El nuevo enlace se situará entre los túneles de Polloe e Intxaurrondo, separados por 580 metros. Los servicios técnicos de la Diputación Foral y el Ayuntamiento han diseñado en este punto un enlace completo que acoge todos los movimientos de entrada y salida, tanto del este como del oeste. La obra se concentrará en esa parte de la mediana que se ensancha, donde en ocasiones vehículos de la Ertzaintza realizan sus operaciones.

El trabajo conjunto entre Diputación y Ayuntamiento para mejorar los accesos a la capital se remontan al «principio de la legislatura», reconoció Olano, y tras muchas alternativas, «estoy particularmente orgulloso de la solución elegida», matizó Goia refiriéndose al enlace de Marrutxipi.

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«Las dos instituciones llevamos trabajando conjuntamente desde el principio de legislatura»

Markel Olano (Diputado general)

«La solución tiene impacto cero sobre el entorno y logra un enlace completo en las cuatro direcciones»

Eneko Goia (Alcalde de Donostia)

«La redacción del proyecto será complicada porel reducido espacio dela zona donde se actúa»

Aintzane Oiarbide (Diputada foral de Infraestructuras)

La obra beneficiará sobre todo a los habitantes de la parte oriental de Donostia, casi 50.000 vecinos sumando los barrios de Intxaurrondo, Egia y Gros, pero tendrá importantes derivadas en la densidad del tráfico de otros puntos de la capital, creciendo de manera exponencial el número de usuarios afectados. Tal y como avanzó el diputado general, «cuando se construya el nuevo enlace, la zona de Carlos I, Riberas de Loiola, el paseo del Urumea, la rotonda de Garbera o el paseo Otxoki notarán el descenso de tráfico, ya que los residentes del este de la ciudad utilizarán el nuevo acceso para incorporarse a la variante».

Según datos de la Diputación, 120.000 vehículos transitaban por la circunvalación donostiarra a la altura de Intxaurrondo antes de la puesta en marcha del segundo cinturón. Hoy, por ese mismo punto fluyen 60.000 vehículos, suficientes como para generar el efecto embudo en determinadas horas y días tanto en Carlos I como en Garbera o Riberas de Loiola.

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El alcalde se congratuló por lograr el objetivo de «permeabilizar la variante en la zona oriental de la ciudad». Asumió que Marrutxipi se percibía como la clave de la solución, pero confesó que «lo que no veíamos claro era cómo hacerlo». En resumen, concluyó que «esta solución tiene un impacto prácticamente cero sobre el entorno urbano, consigue en enlace completo en las cuatro direcciones y permite generar un nuevo punto de acceso y salida de la ciudad para la zona oriental sin pasar por el río, muy importante para nosotros».

Redacción complicada

El enlace requiere construir dos pasos bajo la calzada de la variante sentido Irun-Zarautz, los ramales de conexión y una nueva rotonda en la intersección de la calle Fernando Sasiain con el paseo de Mons, punto donde se une con el viario local.

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Futuro enlace de Marrutxipi

  • 49.050 vecinos son los habitantes de la parte oriental de Donostia, sumando los barrios de Intxaurrondo (15.510), Gros (18.480) y Egia (15.060) a los que el enlace de Marrutxipi afectará más directamente. Además, incidirá en la densidad de tráfico de Carlos I, Garbera y Riberas.

  • A izquierdas Así será la salida para quienes circulan sentido Irun, bajo la propia GI-20.

  • Enlace completo Incluye salidas y entradas tanto hacia Irun como hacia Bilbao.

  • Plazos. Redacción del proyecto en 2019 y ejecución de obras a partir de 2020, sin plazo fijado.

Los responsables institucionales no concretaron cuándo podrá entrar en servicio la nueva infraestructura, pero Oiarbide sí que aclaró que el Presupuesto foral de 2019 contempla una partida para la redacción del proyecto. La previsión inicial pasa por emplear buena parte del año que viene en esa redacción antes de licitar los trabajos, de manera que las obras empezarían ya en 2020. Será la concreción del proyecto sobre el papel la que establezca el plazo de ejecución aunque la complejidad de los trabajos augura una inauguración del enlace no antes de 2021.

Detalle de los nuevos accesos desde la Variante.

Oiarbide explicó que «la solución es buena para la ciudad pero tiene su complicación, porque hay muy poco sitio en esa zona y tendremos mucho trabajo en la redacción del proyecto. Será complicada y llevará entre seis y ocho meses». La labor de plasmar cada trazo de obra en un documento correrá a cargo de la Diputación, al igual que la ejecución de los trabajos. La previsión del coste del proyecto es de unos 7 millones de euros, si bien «la cifra puede variar en función de la redacción del proyecto», matizó la diputada foral. La financiación será compartida entre la Diputación y el Ayuntamiento, aunque hasta que la redacción no esté detallada no se concretará la proporción que asume cada parte.

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Tramo de la variante donde se trazará una salida subterránea. Fraile

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