«No hemos hecho ninguna buena acción por haber adoptado a un hijo»
Cuatro modelos familiares guipuzcoanos distintos ·
Axun Esnaola, Juan Carlos Aguirre y Joseba Familia adoptivaDentro del proceso de ser padre o madre pueden surgir trabas de tipo biológico que impiden a una pareja tener un hijo de forma natural. Es el caso de Axun Esnaola y Juan Carlos Aguirre, quienes deseosos de formar una familia decidieron optar por la adopción. «Tomar decisiones de ese calibre no es fácil, y ya éramos una familia formada por dos personas, pero seguimos adelante», explican. «Eso sí, adoptar no es ninguna buena acción, es una forma de ayudarse mutuamente a formar un hogar», señalan.
Su hijo Joseba nació en Ecuador, un país con el que Axun y su familia tenían un vínculo especial. «Yo viví allí durante varios años y algunos familiares míos también, así que era como nuestra segunda casa, y creímos que era importante conocer el país de nacimiento de nuestro hijo», explica la tolosarra afincada en Legazpi. Tanto ella como su marido afirman que vivieron el proceso «de forma natural y tranquila». Pasaron un mes en Ecuador conociendo al pequeño antes de venir a Gipuzkoa, para que la transición fuese lo más sencilla posible. «Con el tiempo me he puesto en su piel y he pensado en lo duro que tuvo que ser todo el proceso para él con apenas tres añitos. En el momento nos podía la ilusión de ser padres y no lo pensé», reconoce su madre.
«En el momento nos podía la ilusión, pero con el tiempo he pensado lo duro que tuvo que ser para él»
Juan Carlos afirma que a pesar de la información y de la preparación psicológica, «nadie se imagina lo que supone una adopción». «Cuando adoptamos a Joseba me sentí muy perdido, aunque luego hemos ido saliendo adelante». Asegura asimismo que ser padre adoptivo «conlleva más riesgos» que ser padre biológico. «Nuestra experiencia ha sido buena y muy positiva, pero no siempre es así. Hay que pensar que no sabemos qué vivencias ha tenido nuestro hijo antes de llegar hasta nosotros, pueden existir ciertos traumas que pueden complicar su desarrollo como persona», afirma.
Esta familia lleva mucho tiempo perteneciendo a la asociación Ume Alaia y participando en sus talleres para padres adoptivos. «Nos ha ayudado mucho conocer las experiencias de otras personas», aseguran.
Cariño y familia
Axun es rotunda al afirmar que la sociedad «no asume ni tiene en cuenta todos los tipos de familia con naturalidad», y cree que el proceso para aceptar la pluralidad familiar «va a suponer un trabajo profundo, tanto de las instituciones como de cada persona de forma individual». Para ella la única condición necesaria que define a una familia como tal «es el cariño. No importa el tipo de relación. Si hay amor tienen todo el derecho a llamarse familia».
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