Franco en su coche oficial, rodeado del equipo de seguridad, en su visita de 1952. Paco Marí /Foto Marín
La calle de la memoria

Setién ofició el funeral por Franco entre protestas

Año 1975 ·

Jacinto Argaya no pudo venir y quien ofició el funeral por Franco en el Buen Pastor fue el obispo auxiliar José María Setién. «Se oyeron algunas voces de protesta contra la homilía pronunciada, que para nada aludía a la persona y a la obra de Franco»

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Viernes, 21 de noviembre 2025, 06:25

La noticia de la muerte del dictador Francisco Franco impactó en toda España. También mucho en San Sebastián, donde el 'generalisimo' había pernoctado durante 699 ... noches de su vida.

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DV sacó a la calle a las 7 de la mañana del mismo 20N una edición especial con aquel gran titular en mayúsculas, el esperado 'FRANCO HA MUERTO'. Al día siguiente, el 21 de noviembre, nuestro periódico publicó catorce páginas de gran formato sobre el dictador desaparecido y su inminente sucesión por el rey Juan Carlos I. En aquellas páginas aparecía una esquela a media página insertada por el gobernador civil Emilio Rodríguez Román con el siguiente texto...

«Francisco Franco Bahamonde. Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Falleció el día 20 de noviembre de 1975, después de recibir los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica de Su Santidad. El Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, en nombre de Su Alteza Real el Príncipe de España, Consejo de Regencia, Gobierno de la Nación y Autoridades Provinciales y Locales. Ruega una oración por su alma y la asistencia al Solemne Funeral por su eterno descanso, que se celebrará en la S. I. Catedral del Buen Pastor de esta capital, a las siete de la tarde de hoy, 21 de noviembre».

Aquel funeral, similar a los que se celebraron en todas las capitales españolas, tuvo una curiosidad. No pudo celebrarlo el obispo de la Diócesis donostiarra Jacinto Argaya, que se encontraba en Madrid, en una reunión de la Conferencia Episcopal. «Tenía previsto su desplazamiento a San Sebastián por vía aérea, cosa que no había podido hacer debido al mal tiempo».

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Según la crónica publicada en DV el 22-XI-1975, estas explicaciones las dio su sustituto en el altar de la atestada catedral del Buen Pastor, el entonces obispo auxiliar José María Setién. Resulta curioso que fuera un hombre alejado de los sectores más conservadores de la Conferencia Episcopal y cercano al nacionalismo quien llevase la voz cantante en aquel acto religioso de despedida a Franco.

Claro que las palabras de quien sería obispo posteriormente entre 1979 y 2000 no pasaron desapercibidas. Setién enfocó su homilía hacia la significación general de la muerte, pasando de puntillas sobre la figura concreta de Franco.

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«La muerte de cualquier hombre, sea desconocido o público, la muerte de un Jefe de Estado, es el momento de la gran verdad, la gran realidad. Se trata del abrazo con el Padre, quien recompensará la tarea personal de una vida», dijo el entonces obispo auxiliar, según recogió DV.

El gobernador pidió calma

Sus palabras terminaron con un revuelo. «En ese momento se oyeron algunas voces de protesta contra el texto de la homilía pronunciada, que para nada aludía a la persona y a la obra de Franco, voces a las que se unieron grupos de los fieles que llenaban el templo. El gobernador civil, desde el presbiterio, pidió a la gente calma y serenidad, acallándose las voces y siguiendo el funeral».

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«Terminado éste, parte de la gente se dirigió al edificio de la Curia, en uno de cuyos balcones colocaron la bandera nacional y las del Movimiento, disolviéndose luego la gente que había en la calle».

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