Una actuación de ballet clásico en el Victoria Eugenia. vicente martín / fotocar
Calle de la memoria

1958 | Cuatro óperas en una Quincena corta

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Sábado, 26 de agosto 2023, 07:13

La XIX Quincena Musical se inaugura hoy con la ópera 'Un ballo in maschera', de Verdi» (DV, 26 de agosto de 1958).

Publicidad

Nuestra querida Quincena ... Musical ha cambiado muchísimo a lo largo de las décadas. Hasta en detalles menores. Si ahora estamos a punto de despedir la edición número 84, que se clausurará el 1 de septiembre, antaño era un certamen septembrino en lugar de agosteño.

La edición de hace 65 años comenzó exactamente el 26 de agosto y concluiría el 3 de septiembre de 1958. Sí, si ahora seguimos hablando de quincena para referirnos a casi un mes de música clásica, hubo un tiempo en que el festival se quedaba corto y no alcanzaba los quince días prometidos.

Si la Quincena Musical, tal y como la conocemos ahora, se caracteriza por ofrecer múltiples géneros, formatos y escenarios, durante la primera etapa de su historia se circunscribía a una única sala, el teatro Victoria Eugenia (aunque naciese en el Gran Kursaal). Y su programación era prácticamente un monográfico, aunque no era cuestión de quejarse, dado que se trataba de un ciclo de ópera italiana.

Publicidad

1958

Hace 65 años, la Quincena Musical empezaba mucho más tarde que en la actualidad y apenas ofrecía seis actuaciones. Eso sí, programaba grandes óperas italianas: 'Un ballo in maschera', 'Tosca', 'Madame Butterfly' y 'Lucia de Lammermmor'

Desde los tiempos de las simpatías entre el régimen de Franco y el de Mussolini y hasta que en 1960 el Gobierno italiano retiró la subvención, la Quincena pudo mostrar el montaje de grandes óperas a cargo de compañías venidas de Italia. Beniamino Gigli, Lauri Volpi, Mafalda Favero o Mario del Mónaco fueron algunas figuras del 'bel canto' que cantaron en San Sebastián en el marco de aquella colaboración italo-española.

En 1958, la AIDEM (Associazione Lírica e Concertística Italiana de Milán) protagonizó cinco de las seis veladas de la Quincena Musical, las cuatro primeras con títulos emblemáticos de la ópera italiana: 'Un ballo in maschera' de Verdi, 'Tosca' y 'Madame Butterfly' de Puccini, y 'Lucia de Lammermmor' de Donizetti. La sexta noche, ya el 2 de septiembre, ofreció un concierto sinfónico, con Franco Patane al frente de la orquesta y el pianista Lodovico Lessona como solista.

Publicidad

La única cita no italiana de aquel festival de 1958 fue la actuación en la clausura del Gran Ballet del Marqués de Cuevas, con la Orquesta Sinfónica del Casino de Biarritz.

Soprano renteriana

Según escribió hoy hace 65 años en nuestro diario Tristán de Easo (sobrenombre de Vicente Escudero), la edición «aunque breve, mantiene una línea de una indudable categoría».

Como apuntaba, las miradas no sólo se dirigirían al tenor Carlo Bergonzi, «figura ya conocido del público donostiarra», sino a una soprano secundaria que hacía de paje en 'Un ballo in maschera'. Se trataba de «la renteriana Dorita Alquiza, que lleva diez meses en Italia estudiando canto».

Publicidad

Ella, según la crítica del día siguiente, «tuvo una intervención feliz y triunfó en su difícil papel». Tristán de Easo destacó que la ópera inaugural había sido «un gran 'Ballo in maschera' que deja el más grato recuerdo». «El Victoria Eugenia presentó un brillante aspecto, y desde el momento inicial de la representación se logró crear el clima que la ópera requiere: el entusiasmo, el concurso del público, que se mantuvo a lo largo de los tres actos».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad