Construcción del túnel del Antiguo. KUTXATEKA
La calle de la memoria

Línea directa hasta El Antiguo

Javier Sada

San Sebastián

Domingo, 31 de marzo 2024, 01:00

Se acabaron las subidas y bajadas, con el esfuerzo que suponía tanto para las personas como para los animales que tiraban de carros y carretas, para llegar, desde El Antiguo hasta la Parte Vieja. En la 'La Verbena de la Paloma', don Sebastián canta que «los tiempos adelantan que es una barbaridad» y eso pensaron muchos donostiarras que tal día como el de mañana, 1 de abril de 1890, vieron cómo había resultado posible horadar el Pico de Loreto (mal llamado Pico del Oro o Loro) para comunicar los terrenos próximos a las playas de La Concha y Ondarreta.

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Sabido es que la reina María Cristina había decidido construir su palacete de verano (inaugurado en 1893) con vistas a la bahía y elegido la explanada donde se encontraba la primitiva iglesia de San Sebastián. Ambos edificios eran incompatibles en un mismo solar y para edificar el segundo fue necesario trasladar de lugar al primero, eliminando, al tiempo, la carretera que desde la hoy calle Matía llegaba al también hoy paseo de Miraconcha entre el citado templo y la ermita que fue de Loreto. La solución llegó acudiendo al pequeño paso que, en tiempos de las guerras carlistas, se construyó para comunicar ambos extremos sin exponerse al fuego cruzado.

Se encargó la obra al contratista Miguel Salaverría y en el periódico donostiarra la 'Unión Liberal', el día 2 de abril de 1890, refiriéndose a mañana día uno, pudo leerse que «Ayer a las cinco de la tarde salió de la Plaza Vieja (nuestro Boulevard) en viaje de prueba, un coche del tranvía a recorrer la nueva sección del Antiguo, que se abrirá hoy al servicio público. En el citado coche iban los señores del consejo de administración de la Compañía del Tranvía». También viajaron en el convoy el arquitecto municipal, José Goicoa, y el contratista, pudiéndose comprobar los excelentes resultados de la prueba, escribiendo 'La Voz de Guipúzcoa' que «con motivo de la llegada del primer coche-tranvía al barrio del Antiguo los vecinos, para demostrar su alegría, quemaron y lanzaron cohetes».

1890

El 1 de abril se consideró como inauguración del túnel la línea Ategorrieta-Antiguo del tranvía de tracción animal

El tranvía de tracción animal había comenzado a funcionar en 1887 con la línea Ategorrieta-Alameda-Concha, siendo sustituido por el eléctrico en 1897. La peligrosidad que se suponía al nuevo medio de transporte, que podía alcanzar hasta una velocidad de 15 kilómetros a la hora, quedaba controlada por los casi 50 artículos de que constaba el reglamento de conductores, mayorales y guardavías.

Algunos detalles de estas previsiones eran que los conductores estuvieran descansados y, para ello, llegaran al lugar de trabajo una hora antes de comenzar el servicio con el fin de, sin agobiarse, limpiar y engrasar los carruajes. Irían provistos de una corneta para avisar con un toque que se aproximaban a la parada, y con dos cuando estaban llenos y no pudieran entrar más viajeros. Los conductores tendrían que presentarse llevando su uniforme con la decencia debida y dando siempre un trato amable a la gente. Los guardavías estarían distribuidos en tramos por todo el recorrido, retirando cualquier estorbo en las vías y evitando la proximidad al tranvía de niños o personas adultas, sabiendo que cuatro toques de corneta del conductor significaban «auxilio inmediato». Los mayorales, además de cuidar a los animales, estarían siempre atentos a las órdenes del conductor, acelerando o frenando la marcha según se les indicara, y se adelantarían al convoy en los cruces y lugares poblados para avisar de su llegada.

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