Una familia utiliza una cabina telefónica. Postigo /DV
La calle de la memoria

1965 | Llegan las primeras cabinas de teléfonos

Había que echar dos pesetas para empezar a hablar y no podías llamar a más allá de San Sebastián y su comarca. La compañía telefónica municipal instaló las primeras cabinas telefónicas

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Martes, 22 de julio 2025, 06:17

Nunca imaginamos que sentiríamos nostalgia por las cabinas telefónicas, pero es así. Ahora que los teléfonos móviles han jubilado a esos puntos callejeros desde los ... que llamar, echamos en falta hasta cuando se formaba una pequeña cola ante la cabina y los que esperaban echaban miradas asesinas al usuario que seguía echando monedas y enrollándose.

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Si nos preguntaran, seguramente diríamos que hubo cabinas telefónicas desde hace más tiempo, pero la realidad es que las primeras no se instalaron en San Sebastián hasta hace sesenta años.

La novedad mereció una fotonoticia en la primera página de DV el 22 de julio de 1965. Junto a una foto de Aygüés, podía leerse: «A las cero horas de mañana, viernes, entrarán en servicio las cinco cabinas telefónicas dispuestas por el Ayuntamiento en otros puntos de la ciudad. Los lugares en que estas cabinas van emplazadas son los siguientes: Plaza de Pinares, Alameda de Calvo Sotelo, Plaza de Cervantes, Avenida de Madrid y Paseo Duque de Mandas».

Ya se acordarán que la Alameda de Calvo Sotelo era el nombre oficial del Boulevard durante el franquismo. Y que hasta su venta a la Compañía Teléfonica Nacional en los años 70, el servicio telefónico donostiarra era de titularidad municipal. En 1965 ya abundaban las quejas por las deficiencias técnicas y por la larga lista de espera para lograr una línea.

Pese a las limitaciones, el Ayuntamiento no quiso quedarse atrás e instaló las cabinas. En el apartado 'Sirimiri' de DV se alegraban de la decisión: «La necesidad de teléfonos obliga a servir al público desde la misma calle, por lo que esta iniciativa nos parece un acierto con la que estamos totalmente de acuerdo, sin que por ello olvidemos la conveniencia de resolver el gran problema del teléfono municipal en todas sus dimensiones».

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El anónimo comentarista parecía prever el vandalismo que sufrirían en el futuro. «Son de cristal en tres de sus cuatro laterales. Sobra decir que contarán con el respeto de todos los ciudadanos, como se espera y es de desear. La misión de un teléfono en la calle es importante, por lo que todas sus instalaciones necesitan de los máximos respetos y cuidados de los usuarios. Sería de lamentar que el gamberrismo atentara contra estas instalaciones».

Dos pesetas

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