La calle de la memoria
1950 | «Amara olía a Lasarte» y sus bólidosAccidentes pero buena impresión. El encabezamiento de la noticia que publicaba EL DIARIO VASCO en su última página el 2 de septiembre de 1950 tenía ... algo de dulciamargo...
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«Buena impresión en el primer entrenamiento automovilista en Amara. Schell chocó violentamente contra un banco, pero por fortuna no sufrió lesiones. También el inglés Wickens fue víctima de otro accidente».
El Real Automóvil Club Vasco-Navarro intentaba revivir el histórico circuito automovilístico de Lasarte, que desde 1923 hasta la Guerra Civil se impuso como una cita destacada para los aficionados a las carreras de bólidos. La prueba se hizo en un Amara Berri (Ensanche de Amara le llamaban) que estaba a medio construir. Ya había sido utilizado para competiciones motociclistas y en septiembre de 1950 le tocó el turno a los coches de carreras, en una experiencia que no tendría continuidad.
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El Real Automóvil Club intentó resucitar el circuito automovilista de Lasarte en Amara Berri. Aunque atrajo a mucho público, los problemas de seguridad y las limitaciones de los automóviles de 500 cc. dejaron una sensación agridulce
Hace 75 años reinaba cierto ambiente de euforia ante la celebración del Premio Automovilista Circuito de Amara. El 2-IX-1950 podía leerse en DV...
«Hubo mucho público ayer en Amara, para presenciar los primeros entrenamientos oficiales del Premio Automovilista Circuito de Amara, sobre coches de 500 cc. La impresión de este primer contacto de los corredores con el circuito fue magnífica. Se corrió bien, se hicieron medias horarias muy aceptables si tenemos en cuenta el desconocimiento del trazado para los participantes, ya que casi todos rozaron los 100 kilómetros por hora, lo que supone superar los 135 ante la tribuna».
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Afirmaban que «Amara olía a Lasarte y sonaba a Lasarte aunque guardemos las distancias que van de estos 500 cc. a los grandes bólidos». No obstante, señalaban en aquel inicio problemas de seguridad que definían con suavidad como «algunas imperfecciones»...
«Las curvas más peligrosas, que son abundantes por cierto, se encontraban carentes de toda protección para los volantes y para el público. Suponemos que hoy se habrá cuidado esta cuestión y se habrán colocado los protectores de paja, imprescindibles si han de lanzar los coches en velocidades aceptables y ha de tener el público la garantía de que no sucederá una desgracia».
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«Un riesgo innegable»
Parece ser que se descuidó la seguridad. Peatones cruzaban la carretera temerariamente y en el primer día se registraron dos accidentes...
«La velocidad de los coches, los virajes peligrosísimos, suponían un riesgo innegable. Prueba de ello que ayer, en el primer entrenamiento, se produjeron dos accidentes que no tuvieron consecuencias funestas de verdadero milagro. Schell, el norteamericano, y el inglés Wickens, chocaron, el primero contra un banco, que voló ante su coche, y el segundo contra un árbol, quedando los dos conductores ilesos».
Finalmente, el inglés Ken Carter ganaría la prueba, que dejó en el aire cierta insatisfacción. Los coches de 500 cc. no eran los grandes bólidos que habían corrido por Lasarte y el circuito amaratarra resultaba más que mejorable. «Su trazado no se presta a las grandes velocidades. Posiblemente se cometió el error de mantener su perfil duro y poco grato a los volantes».
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