Plaza de Gipuzkoa

La cara y la braga

Da rabia estar en la edad de escandalizarme de cosas, de demasiadas cosas. Por ejemplo oigo recientemente: «Voy a cumplir 27 años y claro, ya ... se me nota que no tengo 18. Por eso voy a regalarme lo que más quiero, voy a pincharme un poquito la cara». Y como yo no soy tonta, ya sé de qué habla. Lo más habitual a esta fatídica edad que ronda la terrible treintena es hacerse un 'full face', es decir, cara completa. Se abordará -me he informado- rellenos, automoduladores y probablemente hidroxiapatita cálcica, entre otras cosas.

Publicidad

Así como yo, salen a la palestra personas que se asustan de que gente de esa edad 'necesite' pagar un quirófano y no un psicólogo para ser feliz con su cara. Cada vez está más barato, así lo anuncian clínicas serias que todos conocemos, inyectarse sustancias de relleno dérmico «para un lifting inmediato y duradero», prometen.

Pero debo confesar algo. Tras la nada profunda investigación que realizo para escribir esto me siento cada vez más débil; se me está yendo la cabeza un poco: ¿En serio es tan barato y sencillo la remodelación labial y el tratamiento anti-papada? Sin freno, caigo en lo más bajo: me atrae también un producto que se anuncia por doquier: bragas con dopamina, a base de ácido hialurónico que hidratan la zona y son un perfecto control de olor.

Nota: todo lo que aquí se cuenta -hidroxiapatita y bragas incluidas- es verídico y pueden comprobarlo en donde se comprueba todo, en un buscador de internet.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad