Una granja de atunes. DV

El Gobierno Vasco respalda el proyecto de engorde de atunes rojos en Getaria

El viceconsejero de Pesca valora positivamente el plan, que necesita del permiso del Ejecutivo para que pueda ponerse en marcha

Javier Guillenea

San Sebastián

Viernes, 14 de abril 2023, 02:00

El proyecto de instalar dos jaulas de engorde de atún rojo frente al puerto de Getaria cuenta con el visto bueno del Gobierno Vasco ... , cuyo viceconsejero de Pesca, Bittor Oroz, afirmó este jueves que se trata de una iniciativa que «da valor añadido a la cuota» de esta especie con la que cuenta la flota vasca. Oroz señaló que el hecho de «poder ir capturando los peces de forma que se adapten a la demanda del mercado es algo que les da más valor».

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El plan, que se halla en fase de información pública y ha sido comunicado esta semana al Ayuntamiento de Getaria, necesita del permiso del Gobierno Vasco para que pueda ponerse en marcha, pero también precisa que se autorice el cambio de modalidad para que los barcos de pesca pasen del cebo vivo al arte de cerco. Este cambio debe ser solicitado por la flota y autorizado por las administraciones autonómica, estatal y europea.

La buena disposición del Gobierno Vasco allana el camino para que a finales de año la empresa Itsas Balfegó, una compañía creada por la catalana Balfegó y el centro de investigación AZTI, instalen a 3,688 millas dos jaulas de 50 metros de diámetro y 30 metros de profundidad. En una primera fase, que servirá para testear la instalaciones, se prevé realizar una entrada de 100 ejemplares. Para 2024 está prevista la entrada de unos 1.500 ejemplares de cien kilos de peso medio. Estos 150.000 kilos aumentarán en 2025 hasta los 340.000 kilos, lo que permitirá producir tras el engorde de los ejemplares 493 toneladas de atún rojo, cantidad que quedará estabilizada para los siguientes años.

«Capturar peces de forma que se adapten a la demanda les da más valor»

Bittor Oroz

Viceconsejero de Pesca

Sumergible

El proyecto tiene como objetivo «iniciar la actividad de engorde de atún rojo vivo en Euskadi procedente de capturas realizadas por barcos de pesca en el Cantábrico». Para ello, plantea transferir las capturas en vivo realizadas por pesqueros de cerco «haciendo pasar los ejemplares vivos desde la red de cerco hasta una jaula de transporte flotante en alta mar» para ser trasladados hasta la instalación de engorde.

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En su interior, los atunes serán alimentados exclusivamente con pescado azul. Tras unos meses de engorde, se llevará a cabo la extracción de los ejemplares a cargo de la flota vasca mediante el sacrificio individualizado de cada ejemplar.

La pesca de cerco de atún rojo viene realizándose en el Mediterráneo desde la primera mitad del siglo XX. Este método plantea del problema de que en el momento en que se producían las capturas los peces presentaban niveles de grasa muy bajos y los ejemplares capturados acababan magullados por el roce con la red. La actividad de engorde evita estos inconvenientes, lo que incrementa el valor de las capturas y posibilita una entrada en el mercado de forma ordenada y controlada.

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Las severas condiciones del Cantábrico, poco favorables al desarrollo de la acuicultura, han obligado a los autores del proyecto a idear una novedosa solución para capear posibles temporales. Para sortear la acción del oleaje, las jaulas, a las que se les colocará una cubierta, podrán sumergirse unos 50 metros, lo suficiente para que sus ocupantes queden protegidos de las turbulencias de la superficie. La inmersión se llevará a cabo introduciendo agua de mar dentro del flotador que rodea el perímetro de cada jaula. Cuando lo peor haya pasado, se introducirá aire en el flotador para que la instalación ascienda.

Otro de los inconvenientes que se ha tenido en cuenta es el de las malas condiciones de navegación durante los últimos meses de otoño y en invierno, que pueden impedir el transporte de la alimentación desde el puerto hasta las jaulas. Para solventar esta dificultad se prevé que el engorde se realice desde la captura de los atunes, prevista para junio y julio, hasta octubre, cuando los ejemplares sean sacrificados. «Dada la estrategia del proyecto y debido a que las condiciones oceanográficas habituales en invierno impedirían con toda probabilidad llevar a cabo las tareas de alimentación y sacrificio, se optará por un sacrificio concentrado en pocos días, evitando desarrollar la actividad de engorde durante el invierno», señala el informe del proyecto.

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