En su libro 'Por qué soy católico' el famoso autor G. K. Chesterton introdujo un modelo mental que indica que no debes quitar algo si ... no sabes bien para qué sirve. El ejemplo que nos pone es una valla o una puerta erigida a través de un camino. El reformador moderno dirá algo así: «No veo la utilidad de esto, quitémoslo». Un reformador más inteligente le dirá: «Si no sabes para lo que sirve no te dejo que lo quites, primero averigua para lo que se construyó y luego ven y lo discutimos». Me da la sensación de que algunas acciones que se están tomando en la actualidad son un poco 'la valla de Chesterton', los reformadores no saben para qué se construyó, pero deciden quitarlo. Lo coherente es averiguar para qué se hizo y luego ver si sigue teniendo utilidad o no.
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En el fondo, aunque no se diga, hay una cierta prepotencia del presente y pensar que los antiguos eran tontos. Ni que decir tiene que es un error, los antiguos eran tan listos como nosotros y no hacían las cosas al tuntún, tenían razones para hacerlas, aunque nosotros no las sepamos.
Me atrevo a plantear una 'valla de Chesterton' a la inversa. Algunos reformadores están volviendo a construir lo que en el pasado se quitó, creo que sin analizar a fondo por qué se eliminó.
Como ejemplos se me ocurren volver a poner tranvías o calles adoquinadas. ¿Se analizaron a fondo las razones de la eliminación, o, en algunos casos, se introducen por moda?
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