«Hace falta una ley que recoja la violencia vicaria y no salga barato matar»
El pasado 30 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de Ley Orgánica de medidas en materia de violencia vicaria, que permite su tipificación como delito, así como articular medidas de prevención, atención y reparación de las víctimas.
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- Hoy, 25N, se conmemora el día contra la violencia vicaria. ¿Vive esta jornada de forma especial?
- Yo lo considero un día más porque no quiero ponerme ninguna una etiqueta. El 1 de diciembre es el aniversario de mi niño, y noviembre es un mes de duelo.
- ¿Qué opina de la futura ley que va a reconocer la violencia vicaria como delito?
- Hace falta una ley que endurezca estas cosas, porque sale más barato asesinar que violar. Hace poco salió la noticia de una condena de 16 años de cárcel por violación, y en nuestro caso fueron 19. Esa balanza no está nivelada.
- En su momento, hubo una gran respuesta social e institucional tras la muerte de Julen. ¿Ha contado después con apoyo?
- Yo he tenido el apoyo de la familia, que ha sido una piña conmigo, y de mi abogado, le debo tanto a Iñigo Iruin... Pero de las instituciones, nada. O sea, te sientes sola y con una deuda que no te pertenece, pero como él es insolvente y yo insolvente parcial. ¿Sabes qué es tener toda la vida el sueldo embargado? Y te preguntas ¿cómo hago con este sueldo para pagar deudas tan gordas? Casualidad, hace un par de años me hablaron de la ley de segunda oportunidad, hablé con una abogada y me dijo que sí, que se me podía aliviar un poco la mochila de las deudas, pero la que dejó él en la Seguridad Social la tenía que pagar. Esa ley me ayudó, pero hasta el año que viene pagaré deudas de él. He tocado todas las puertas que he podido. En servicios sociales pedí un trabajo de cualquier cosa, y una chica muy maja me dijo que no podía ofrecerme nada, que lo intentara en el Inem.
- ¿Y ha obtenido ayudas por estar reconocida como víctima de violencia de género?
- A mí no me han dado nada. Y cuando accedes a una bolsa de trabajo, entras con las mismas opciones que cualquiera. Quisiera tener una vida más normal, poder pagar el mes y concederme un capricho como ir a la peluquería. Pero con estas penurias económicas... Se me ha acabado el paro, y este mes no ha entrado nada en casa. Eso agota.
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