Un repunte de robos y hurtos colapsa los calabozos de San Sebastián
San Sebastián sufre un repunte de robos y hurtos tras el fin de las restricciones. La Guardia Municipal de Donostia y la Ertzaintza detuvieron a 41 personas de jueves a domingo
La recuperación de cierta normalidad con el fin de las restricciones sanitarias, la celebración de los Caldereros y el buen tiempo hicieron que las calles de San Sebastián estuvieran repletas de gente el pasado fin de semana, aunque esa ebullición también tuvo una parte negativa: las detenciones por robos y hurtos se dispararon hasta las 41 personas, una cifra muy por encima de la habitual en la capital guipuzcoana. Hasta el punto de que las comisarías de la Ertzaintza en Ondarreta y de la Guardia Municipal en Amara se quedaron pequeñas para acoger a tanto arrestado en sus calabozos.
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Las 41 detenciones efectuadas por la Ertzaintza (24) y la Guardia Municipal (17) entre la noche del jueves y el domingo son la punta del iceberg de un problema del que ya venían alertando el Ayuntamiento de San Sebastián y diversos sindicatos policiales desde hace semanas, en el sentido de que ha aumentado el número de delincuentes habituales que aprovechan el despiste de sus víctimas para cometer hurtos o que están cogiendo en hábito de perpetrar robos con violencia en comercios o incluso en domicilios.
El alcalde de Donostia, Eneko Goia, expresó hace una semana su «preocupación» por la oleada de robos que se está registrando en la ciudad y, sobre todo, por que los detenidos salgan a la calle y vuelvan a delinquir horas después de ser puestos a disposición judicial. «En muchos casos se producen reincidencias y eso ya escapa de lo que es la actuación policial y pone el foco en otra institución que es el poder judicial», se excusaba. Un día después, el Gobierno municipal informaba a representantes de los comerciantes de que la Guardia Municipal y la Ertzaintza iban a poner en marcha un dispositivo policial especial para tratar de poner coto a los robos. El incremento de las detenciones de este fin de semana puede deberse a ese mayor control policial, aunque también demuestra que, por el momento, no ha tenido un efecto disuasorio en los delincuentes.
El fin de semana ya empezó movido desde la noche del jueves, cuando se produjeron 13 detenciones en una sola noche. Esa es precisamente la media de arrestos semanales que practicó la Guardia Municipal durante el año pasado: se detuvo a 710 personas en todo 2021, lo que arroja una media semanal de 13 arrestos. Un año antes, en 2020, la cifra total de detenidos fue menor, de 462 personas, aunque hay que tener en cuenta que los meses de confinamiento a causa de la pandemia redujeron considerablemente las posibilidades de delinquir.
Ahora, sin embargo, los cacos aprovechan las mayores aglomeraciones que conlleva el final de las restricciones para llevar a cabo sus planes. De la cuarentena de detenciones que se produjeron el pasado fin de semana, 14 se debieron a hurtos, en su mayoría de móviles y bolsos. También hubo 14 arrestos por robos en establecimientos y 7 por robos con violencia. Tres detenciones más se debieron a robos en domicilios. Unas cifras que solo reflejan los delitos que acabaron en detención, lo cual no quiere decir que no se produjeran más.
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Falta de celdas
Un dato que sirve de termómetro para confirmar la proliferación de robos y hurtos en Donostia es que, según señalan fuentes policiales, los diez calabozos de la comisaría de la Ertzaintza en Ondarreta se han quedado pequeños los últimos fines de semana para albergar a los detenidos que iban llegando, hasta el punto de que algunos de ellos tuvieron que ser trasladados a los calabozos de comisarías cercanas, como la de Hernani, antes de pasar a disposición judicial. Las mismas fuentes apuntan también que la mayoría de los arrestados son de origen extranjero. «Llevaban tiempo campando a sus anchas y ahora que hay más gente en las calles, sobre todo por las noches, no se cortan a la hora de cometer hurtos o robos», denuncia un ertzaina en conversación con este periódico.
El aumento en el número de detenciones también ha provocado que los seis calabozos individuales con los que cuenta la comisaría de la Guardia Municipal en el barrio de Amara hayan sido insuficientes alguna de las noches del pasado fin de semana, por lo que algunos detenidos han tenido que compartir celda.
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Cuatro meses con problemas
Los hurtos, los asaltos a comercios y los incidentes con viandantes no son un fenómeno nuevo en Donostia, ya que comenzaron a proliferar en noviembre en Egia, en el entorno de Tabakalera, y tuvieron su derivada en la estación de autobuses, donde se registraron no solo robos en los establecimientos comerciales sino sustracciones de maletas de los portaequipajes de los autobuses. La problemática parecía haberse atenuado en enero, pero ha vuelto con fuerza en febrero con episodios delictivos concentrados especialmente en el Centro y la Parte Vieja.
LAS CIFRAS
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41 Detenciones se produjeron en Donostia el pasado fin de semana, desde la noche del jueves hasta el domingo.17 fueron efectuadas por la Guardia Municipal y 24 por la Ertzaintza.
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38 De las detenciones se debieron a hurtos (14), robos en establecimientos (14), robos con violencia (7) o robos en domicilios (3). Solo tres de ellos estuvieron motivados por otro tipo de delitos.
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En contexto
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La media habitual, 13 detenciones semanales El repunte de los arrestos es patente porque la media semanal de la Guardia Municipal se situó en 2021 en 13 detenciones. Casi las mismas que cada uno de los días del pasado fin de semana.
El incremento de la delincuencia en momentos y zonas concretas ha llevado a la Guardia Municipal y la Ertzaintza a reforzar sus servicios y su coordinación, en la medida de sus posibilidades actuales, ya que los sindicatos policiales vienen meses denunciando los escasos recursos humanos con los que cuentan.
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El concejal de Seguridad Ciudadana de Donostia, Martin Ibabe (PNV), insistió la semana pasada en el llamamiento al poder judicial que había realizado previamente el alcalde, Eneko Goia, para lo que usó el símil de los pájaros y la jaula. «Por mucho que uno quiera cazar los pájaros con una mano, necesita también la otra para meterlos en la jaula», advirtió para defender que la labor policial debe tener un respaldo de los jueces para evitar que los mismos delincuentes puedan reincidir en cuestión de horas.
Ibabe consideró que la actuación policial para evitar la proliferación de robos está siendo la «adecuada», pero apuntó que el poder judicial «también tiene que ofrecer respuestas ante situaciones como estas».
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