Estreno para los menores de 60

Iratze Morán, enfermera irundarra, explica que lo primero que hacen es informar a la persona de la dosis que se le va a suministrar y, después, detallarle los pasos que debe dar hasta abandonar el pabellón de Artaleku; es decir, coger cita para la segunda inoculación y esperar 10-15 minutos por si sufren algún tipo de reacción. «Es el primer día que estamos con las personas de 58 y 59 años y se les ve contentos. Para nosotros es un trabajo intenso, pero por su felicidad vale la pena».

La propia Iratze Morán, acompañada por Sara Pérez e Idoia Sagarzazu, comenta que en la jornada de ayer las personas menores de 60 «preguntan más que los mayores, aunque también filtran más». En este sentido, añade que los comentarios que suelen recibir por parte de los de más edad giran en torno a «esta vacuna no quiero, prefiero otra» o «¿no nos iban a poner la de Janssen? Prefiero esa que es monodosis». Morán cuenta que los sanitarios que están en el vacunódromo de Artaleku subrayan a los usuarios que ellos no pueden responderles ante esas cuestiones. «Nosotros recibimos las dosis y vacunamos; aquí no se puede elegir».

Aquellos que se pasaron ayer por el pabellón de Artaleku recibieron la primera dosis de Pfizer, «que supuestamente es de las mejores que hay». Además de las personas de 58 y 59 años, también se pasaron durante la jornada de ayer aquellos mayores de 60 años que, por diferentes razones, aún no se han vacunado.

En los próximos días, la OSI Bidasoaldea seguirá citando a aquellos vecinos de la comarca que tengan 58 y 59 años para que acudan al vacunódromo de Artaleku, espacio cedido por el Ayuntamiento de Irun.

José Manuel Hernández fue de los primeros en ser vacunado entre los de 58 y 59 años de edad en el vacunódromo de Artaleku de Irun. «No me he enterado de la inyección». Este lunes recibió un mensaje en su teléfono móvil y el mismo día reservó cita para acudir a la vacunación. Este hondarribitarra de 58 años estaba algo inquieto esperando la ansiada llamada, «y por fin me han vacunado». Cuenta que su padre ya está vacunado y que ambos lo estén significa «un alivio. Nos va a venir bien para ir viendo poco a poco la luz al final del túnel».

El hondarribiarra fue ayer muy crítico con lo ocurrido tras el fin del Estado de Alarma, cuando se vieron imágenes de celebración. «Visto lo visto el pasado sábado a la noche, con el cachondeo de mucha gente, lo mejor era que nos vacunasen ya. No sé si no nos lo tomamos en serio, pero llevamos muchos meses sufriendo como para tirar ahora por la borda todo el trabajo realizado intensamente».

Iñigo Lekuona, hondarribitarra que próximamente cumplirá 59 años, recibió ayer la vacuna de Pfizer en el vacunódromo de Artaleku. «Antes de ayer cogí la cita y aquí estoy, con la primera dosis puesta. La organización por parte de Osakidetza ha sido muy buena».

Para Iñigo Lekuona era importante vacunarse lo antes posible por dos razones. «Mi mujer es de altísimo riesgo y, aunque hace dos o tres semanas le vacunaron de AstraZeneca, es bueno que ya me hayan puesto la primera dosis». Además, por su trabajo se pasa «de la ceca a la meca, estoy todo el día en la calle». Haber recibido ya la inoculación cree que es «una buena noticia por mí y por el resto de la gente, especialmente la de mi alrededor».

Iñigo Lekuona no fue el único que opina que, tras el fin del Estado de Alarma, la vacunación debería haber ido más acelerada. «Tendríamos que estar bastantes vacunados y no andar corriendo, luego parar, luego volver... Las administraciones, a nivel europeo, se tendrían que haber movido mas rápido».

A Mari Carmen Arruabarrena le pilló el aviso del lunes fuera de la comarca. «Vivo en Irun, pero tengo casa en Navarra y nos fuimos a pasar unos días tras el final del Estado de Alarma, que hacía mucho que no íbamos. Todo ha sido muy rápido, porque en apenas dos días ya me han vacunado». Tras recibir la primera dosis, Mari Carmen Arruabarrena no sintió «nada. La inyección ha ido muy bien, perfecta y muy rápida. Me han explicado que me han puesto la de Pfizer y que en tres semanas me pondrán la segunda dosis».

Esta vecina de Irun de 59 años sintió «alivio» cuando la citaron para que le inoculasen la primera dosis de la vacuna, algo que no esperaba «tan pronto». Cuenta que en su familia son cinco hermanos y tanto ella como su hermano pequeño, quienes aún no habían sido vacunados, estaban «deseando» acudir a Artaleku para recibir la inyección. «Ahora sí que estoy más tranquila, pero lo estaré más con la segunda dosis».

Abelino González cogió cita este martes tras enterarse que varios conocidos suyos fueron citados por Osakidetza para acudir al vacunódromo de Artaleku. «Me dieron enseguida la hora, ha ido muy rápido, no me esperaba que fuese tan inmediato». Al igual que muchas personas que recibieron ayer la primera dosis de la vacuna de Pfizer, Abelino no se enteró de la inoculación: «Así mucho mejor», reconoció.

Las hijas de este irundarra de 58 años, que trabajan como sanitarias, ya fueron vacunadas dada su profesión. Ahora ha sido su turno. «A mí me ha hecho ilusión recibir por fin la primera dosis. Era algo que venía esperando desde hace tiempo y por fin ha llegado». Y espera que se siga vacunando a buen ritmo, porque «al final, cuantos más estemos vacunados en mi círculo más próximo, mejor, porque aunque le tengas respeto al bicho, te sientes más tranquilo».