Esther, usuaria de Lamourous, junto a su sobrina y su sobrina-bisnieta. usoz

«Que intensifiquen las pruebas genera una mayor seguridad»

Silvia Piqué visita a su tía Esther Uribe-Echeverría en el centro Lamourous. Ahora que entra a su habitación y tienen más contacto, agradece «extremar» la precaución

Macarena Tejada

San Sebastián

Miércoles, 25 de agosto 2021, 06:29

Silvia Piqué no pierde el tiempo. Estar con la familia siempre es «un acierto». Cualquier día es bueno para acercarse a la residencia Lamourous de ... Matía, en Donostia, y visitar a su tía, Esther Uribe-Echeverría, dentro o fuera del recinto. «Que intensifiquen las pruebas PCR nos genera una mayor seguridad a los familiares, pero también a los propios usuarios, que entran y salen del centro casi a diario», defiende Piqué, que recibió la actualización del protocolo de Osakidetza para centros sociosanitarios «con mucha ilusión».

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Ha sufrido mucho durante la pandemia -su padre falleció a comienzos de año-, pero no cree que el aislamiento sea la mejor opción para evitar la entrada del coronavirus en las residencias. «Hay que apostar más por este tipo de medidas, por los test diagnósticos, pero no cerrarles y prohibirles salir o tener contacto con sus familias». Por eso, la solución, de momento, le satisface. Es más, le da «tranquilidad. Ahora entramos y salimos de sus habitaciones, siempre que estemos totalmente vacunados.

El riesgo de contagio es mayor. No estamos en zonas comunes pero vamos hasta allí», explica. Es consciente de que el riesgo «siempre va a estar ahí. No existe la seguridad total, pero que los trabajadores se sometan a pruebas semanales cuando no están vacunados es una buena idea. Al menos así sabemos que no son positivo». Lo mismo con los usuarios que pasen la noche fuera del centro. «Pueden coger el Covid en casa, con su familia, o incluso en un bar cuando vamos a tomar algo una tarde cualquiera. Es muy difícil de controlar pero las PCR ayudan», defiende mientras se prepara para ir a pasear con su tía, que le espera deseosa de salir al sol en un veraniego día de agosto, tras tantas jornadas de tiempo inestable.

Sobre el personal que ha rechazado vacunarse, Piqué se muestra dubitativa. «Hay que respetarles», apunta. «Algunos no se han puesto la vacuna porque no han podido, por recomendación médica, aunque también están quienes no han querido». Son esos casos los que le generan inquietud. «Su libertar termina donde empieza la mía. Es complicado, pero que no esté protegido contra el virus afecta a mi familiar, a mi tía en este caso. Es una persona vulnerable. En las residencias, todos los usuarios son vulnerables por la edad y porque, muchos, tienen patologías previas. Habría que tener también este dato en consideración». Precisamente por eso, apuesta por estudiar más medidas para estas personas. «No digo que haya que obligarles a vacunarse, pero sí pensar otras opciones».

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Por el momento, se queda con el reciente protocolo, puesto en marcha desde ayer, y que espera se note en la evolución de la pandemia en las residencias. Por ahora, estos centros suman un total de 332 fallecidos desde marzo del año pasado, cuando el Covid entró con fuerza en los geriátricos. Tras la campaña de vacunación entre los mayores, los contagios han descendido a un ritmo vertiginoso, si bien este mes de agosto ha vuelto el goteo de muertes con los diferentes brotes en centros guipuzcoanos. La situación, no obstante, parece empezar a estabilizarse junto al retroceso de la quinta ola en la comunidad.

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