Corazonada

Plaza de Gipuzkoa ·

Guille Viglione

San Sebastián

Domingo, 5 de febrero 2023, 07:48

Dejadme recordar que, hace un suspiro, aún otorgábamos a la intuición el poder de decidir. Ayer, miraba desde la ventana el Monte Ulía y, si ... no divisaba nubes entrando por el mar, el olfato me decía que ese día no necesitaría paraguas. Oler. Hace tiempo que el olfato perdió el sentido frente a la vista. Hoy la pantalla de mi móvil inteligente muestra, con profusión de métricas y gráficos, la probabilidad de lluvia en cada hora del día. Ignoramos los indicios, basados en nuestra experiencia, para confiar en unos datos que se actualizan, modifican y contradicen continuamente.

Publicidad

Comprendo que el mundo es hoy más complejo, que las opciones se han multiplicado y cada vez es más difícil elegir, pero decidir todo basándonos en datos está matando nuestro instinto. En estos tiempos, el miedo a equivocarnos deja poco espacio a un sentido tan subjetivo, tan animal, como el olfato.

Elijo una serie por la compatibilidad con mis gustos que ha calculado un algoritmo. Pido un vino mirando una nota media basada en las valoraciones de otros consumidores. Me da miedo no ser espontáneo pero mi mayor temor es perder la independencia de criterio. El corazón tiene razones que la razón desconoce. Lo dejó escrito el filósofo y matemático Blaise Pascal en el siglo XVII. Tiempos extraños. Hoy las apps de citas seleccionan tu pareja ideal en base a porcentajes de afinidad. Ni siquiera nos permitimos el riesgo de elegir un amor y dejarnos llevar por una humana y errática corazonada.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad