La cesta de la compra de Navidad se encarece un 50% en apenas un mes

Lo que más ha subido es el pescado blanco. Así lo asegura Ane Arrizabalaga, mientras despacha en Pescados y Mariscos Ander, en el mercado de La Bretxa de San Sebastián. «Ha entrado todo tipo de pescado, pero no en cantidad», explica. No obstante, señala que muchos clientes se han ido adelantando a las compras, «por ejemplo se ha llevado mucho calamar para rellenarlo y tenerlo preparado para Nochebuena y Navidad». Cada vez son más, afirma, los que evitan acudir al mercado el último día «para ahorrar dinero y para evitar pasarse todo el día en la cocina».

Aunque los hay precavidos, hoy y mañana las colas en los mercados serán inevitables. En la de Pescados Amaia estará Koldo Alonso, quien no concibe congelar el producto. «El pescado hay que comerlo del día, no tiene nada que ver». En su casa no faltará ni el besugo, que ha subido 18 euros y que podría hacerlo más, ni la almeja gallega, que ya es un 56% más cara que hace un mes. Amaia Eraso, encargada de la pescadería, explica que en Navidad «siempre sube el precio, porque hay una mayor demanda, pero este año los temporales han dejado a los barcos en puerto». La falta de pescado blanco como la merluza ha encarecido asimismo el precio de otro plato habitual en las mesas, las kokotxas, que ya se venden a 90 euros.

Amaia ha intentado comprar el género también en Galicia, pero allí el oleaje está siendo aún más virulento. «Y el precio sube día a día. De martes a jueves, por ejemplo, el bogavante subió seis euros», afirma la pescatera. Asimismo, el hecho de que los pescadores gallegos no estén haciéndose a la mar ha provocado además que manjares como el percebe ni siquiera se exhiba en los puestos donostiarras. El año pasado, que también hubo mala mar y este marisco escaseó, se vendía a 140 euros el kilo.

En el otro lado, en el de las carnes, los precios han subido algunos euros, aunque la diferencia es menos notable que en los productos marinos. En algunos puestos, como el de J. Mª Etxebeste, el medio cordero se mantiene como hace un mes a 22,90 euros el kilo, mientras que el solomillo sí ha subido unos euros. Aunque uno de los responsables de la carnicería, Andoni Etxebeste, señala al cochinillo como el producto que más se ha encarecido en comparación con 2018. «El nuestro, que es del Baztán, está a 110 euros la pieza, 20 más que las navidades pasadas. Está habiendo mucha demanda para criar cerdos pequeños en otros países y eso ha encarecido el precio».

En el mostrador Mª Luisa Etxeberria ultima sus compras navideñas con una pieza de cordero, chuletillas y huesos para su tradicional caldo que tanto gusta a sus nietos. En Navidad se juntarán once personas en casa de esta donostiarra, que ha ido haciendo acopio de todos los componentes de su menú para evitar acudir al mercado a última hora. «El pescado lo compré hace semanas y lo tengo congelado. Y también cogí una pata de jamón que está en casa. Prefiero estar tranquila los días de fiesta», explica. Mª Luisa es consciente de que los precios suben en estas fechas, pero se resigna. «¿Qué vas a hacer? ¿Dejar de comer? Son fechas especiales y si toca gastar un poco más pues se gasta».

Lo que no ha subido es el coste de los embutidos. «Nunca lo hacemos, está igual que el año pasado. Lo que sí hacemos es traer algún producto especial, como un salmón ahumado, pero sin tocar el precio», asegura Koro Salaberria, de la charcutería Jesús María Brusau, donde la paleta ibérica de bellota se vende a 88 euros.

Por su parte, para evitar pagar más de lo debido y asegurarse de que el producto que compramos es de calidad, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha emitido una serie de recomendaciones para evitar que a los consumidores les den gato por liebre. Por un lado, diseñar los menús con antelación, para ajustarse a la cantidad de ingredientes. También instan a fijarse en el etiquetado, para conocer el origen de los productos, que también se debe indicar en el caso de que estos sean a granel. Y, por supuesto, conservarlo todo de manera adecuada.