Se dispersa la calima en Gipuzkoa y la calidad del aire es «regular» en la mayoría de las estaciones

Gipuzkoa ha comenzado a despedirse del segundo episodio de calima del último mes. No ha sido tan intenso como el que cubrió de polvo naranja todo el territorio hace quince días, pero sí lo suficiente para empeorar de forma notable el aire que respiramos y elevar los niveles de polución atmosférica, de tal forma que el lunes y el martes la calidad del aire que medían 16 de las 18 estaciones del territorio es «mala». Y en algunos casos, como en la céntrica calle Easo de Donostia, llegó a ser «muy mala». Con el cambio del viento el martes por la tarde, la situación comenzó a mejorar y así lo ha hecho a lo largo de la noche.

El semáforo de color de la polución en el aire teñía este lunes y martes de rojo el mpa de Gipuzkoa, que ha este miércoles ha amanecido coloreada de amarillo, lo cual significa que en la mayor parte del territorio la calidad del aire es «regular». Las estaciones analizan, entre otros indicadores, los niveles de contaminación de partículas en suspensión PM10, las que miden entre 2,5 y 10 micrómetros. Esta mañana se miden43 µg/m3 en la estación de la calle Easo de Donostia, donde el lunes por la tarde se llegaron a a detectar 186 µg/m3. La tarde-noche del martes la concentración había bajado a los 85,59 µg/m3, aún por encima del nivel máximo considerado saludable (50 microgramos por metro cúbico de partículas PM10).

También ha mejorado a amarillo el resto de las estaciones en rojo. En la estación de Hernani, donde se alcanzó un pico de 165 µg/m3, la concentración de partículas ha ido descendiendo hasta los 44,6µg/m3. Tolosa, por ejemplo, se han medido 49 µg/m3esta madrugada.

La calidad del aire es «buena» en dos estaciones y están en verde. Las últimas mediciones realizadas en el Parque Natural de Pagoeta y la ubicada en la Avenida de Tolosa de San Sebastián arrojan unas concentraciones de 32 y 29 48,04 µg/m3 respectivamente.

La calima comenzó a entrar el domingo por la tarde, arrastrada por las ráfagas del viento del sur. «Al anochecer ya sa veía el sol enturbiado por el polvo atmosférico», cuenta la delegada de Aemet en Euskadi, Margarita Martín. En esta ocasión, la calima no es tan potente como la de hace quince días, «porque ahora viene del norte de Marruecos, y la vez anterior había atravesado todo el Sahara».

Este episodio de calima está en remisión, aunque no se espera que se despida definitivamente hasta el jueves, después de que llueva y las ráfagas de viento tengan suficiente fuerza para barrer el polvo en suspensión, según avanza la delegada de Aemet en Euskadi, Margarita Martín. Las primeras lloviznas «no será suficienten» para despejar la calima y reducir los niveles de polución. «De hecho, lloverá barro», anticipa Martín, para disgusto de aquellos que hayan acabado de limpiar el coche.

«Hacen falta lluvias con viento de noreste para que barra todo», explica la meteoróloga. Y no está previsto que esas rachas capaces de arrastrar el polvo en suspensión lleguen antes esta noche.

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