Varios ejemplares de calabaza. A.N.

Menos calabazas y de menor tamaño a causa de las altas temperaturas

Los agricultores que habitualmente plantan este fruto alertan de una menor cosecha este año como consecuencia del calor

AMAIA NÚÑEZ

Gaztelu

Martes, 1 de noviembre 2022, 07:17

Los amantes de Gau Beltza y Halloween han tenido más complicado que otros años encontrar calabazas para celebrar este festejo. Las altas temperaturas de los últimos meses han incidido directamente en las cosechas guipuzcoanas y los agricultores que plantan habitualmente este fruto no han obtenido buenos resultados este año. Los ejemplares han sido escasos y de menor tamaño que en temporadas precedentes. Incluso algunos han tenido que tirar toda la producción a causa del calor.

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En los caseríos, la calabaza se planta habitualmente a finales de verano y debajo de las grandes hojas asoman poco a poco los frutos de color naranja o verdoso. La variedad más usual en Gipuzkoa es la llamada calabaza vasca, con un fruto alargado que puede llega a medir más de un metro. Su carne, además, es muy apreciada en gastronomía. De un color naranja intenso, es más dura y jugosa que las de las calabazas redondas que nos vienen a la cabeza al pensar en Halloween. «Normalmente una planta da varios frutos, pero este año solo he sacado uno. Mide 1,248 metros», comenta Andrés Etxeberria, baserritarra de Gaztelu, detallando los problemas de producción que, como él, han tenido esta temporada muchos agricultores en el territorio.

Etxeberria aprovecha una zona de la huerta que suele tener vacía para plantar las calabazas de variedad gigante. «Dos o tres meses antes de plantar las semillas hago un agujero amplio y lo relleno con ciemo viejo, para que se vaya mezclando con la tierra y luego las semillas tengan nutrientes», explica. Cuando salen las flores es cuando más atento hay que estar, ya que normalmente se polinizan de forma manual. Las flores hembras se diferencian porque tienen justo debajo la bola de lo que luego será el fruto. Por eso, la flor macho se suele arrancar e insertar dentro de la otra para que se polinicen correctamente. «Tiene una raíz gruesa, como un espárrago que se agarra con fuerza al suelo. La misma planta tiene otros tallos que se van agarrando al suelo. Tiene mucha fuerza, porque tienen que sostener todo ese peso. Ahora es la época de recogerlas, antes de que empiecen las heladas que las echen a perder».

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