Ya estamos otra vez dando la brasa con el emérito. Vuelve la burra al trigo. Y si solo fuera la burra, tío. Vuelve Ana Obregón ... a la portada del Hola con sus posados de verano. Antes, con sus bikinis excitantes, ahora, con su nieta retozando en la playa. Dirás que es una escena muy tierna y los niños son una bendición. No me tires de la lengua que luego tengo que dar explicaciones como Oscar Puente. Tiene razón el ministro, la gente no pilla la ironía. Él es un tipo juguetón, de ojillos vivarachos, que ve la parte guay de la vida. Lo que pasa es que hace mucho calor y la peña está estresada. Es evidente que la elección de Puente ha sido un acierto de Pedro Sánchez. Oscar Puente es el contrapunto lúdico de un Ejecutivo atrapado entre la alta velocidad de la política y la gilipollez de un tuit.
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Volviendo al emérito, yo creo que es un incomprendido. Un bon vivant (suena mejor que vividor) y le están puteando porque se la tienen jurada. Y eso que pidió perdón por lo del elefante. Craso error. Pedir perdón es de pardillos. En España cuanto más borde eres, mejor te tratan. De Ana Obregón, solo puedo decir que tiene derecho a mitigar su dolor como pueda. Y lo de volver, volver, volver a tus brazos otra vez, no lo veo. Los revival solo me interesan en moda. Ahora son tendencia los vaqueros 'cuffed jeans'. Olvídate de los rotos y deshilachados. Molan los vaqueros viejos con los bajos vueltos. Parece una tontería, oye, pero yo que tú, probaría.
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