El Ararteko investiga ya once quejas de mujeres contra el centro foral Bidean

Con la investigación aún en curso, el Ararteko suma cinco nuevas denuncias contra el centro foral Bidean, un recurso de acogida de mujeres víctimas de la violencia de género, sobre el que pesa la acusación de un supuesto trato «negligente» de parte de las trabajadoras hacia las usuarias. El Defensor del Pueblo Vasco ha recibido en la última semana cinco quejas que se suman a las seis que salieron a la luz pública a principios de mayor con el comunicado leído por el movimiento Donostiako Feministak. Nada más tener conocimiento de los hechos, la Defensoría del Pueblo Vasco visitó de urgencia el piso foral el pasado 8 de mayo para certificar en qué condiciones residen estas mujeres, después de que varios testimonios dieran cuenta de una situación de «insalubridad y abandono total». La investigación también debe aclarar si estas mujeres han recibido un atención «negligente» por una parte de la plantilla. Según la denuncia inicial, trabajadoras profirieron palabras «humillantes y degradantes» hacia las usuarias, aunque en los testimonios que se hicieron públicos no se dio más detalle.

En paralelo al Ararteko, el Departamento foral de Políticas Sociales también mantiene abierto un expediente para esclarecer la situación del centro, uno de los dos recursos de acogida que hay en Gipuzkoa para mujeres maltratadas. La diputada del área, Maite Peña, avanzará mañana las primeras conclusiones de esa investigación interna, aunque fuentes consultadas insisten en que las «deficiencias» detectadas se refieren a problemas estructurales del piso (falta de espacio o la propia configuración del recurso -dividido en dos pisos-, por ejemplo), y que la parte de la denuncia referida a un supuesto «maltrato institucional» sigue su curso y no ha sido cerrada, porque se están estudiando los expedientes y la información que le ha hecho llegar el Ararteko al departamento, en virtud a la colaboración establecida. Desde la Diputación recuerdan que a la institución foral no le ha llegado una sola queja formal, y que fue el pasado lunes 7 de mayo cuando tuvieron conocimiento de las cinco denuncias, a través del comunicado leído por el movimiento Donostiako Feministak. La versión que mantiene el departamento es que en una inspección ordinaria el pasado mes de diciembre se detectaron carencias estructurales en el recurso, y que en febrero, tras una queja relacionada con esos aspectos, se decidió emprender un plan de mejoras, del que la diputada dio cuenta en una comparecencia en Juntas Generales el pasado a finales de abril, a petición del grupo EH Bildu. En aquella sesión, Peña tampoco especificó qué problemas adolecía el centro, pero sí los ciñó a motivos como la falta de espacio y anunció que se buscaba una nueva ubicación, con más plazas y más espacio físico, que permita atender de forma adecuada las necesidades de estas mujeres y sus hijos que demandan protección para huir de un problema de maltrato. El centro «está quemado», llegó a decir de forma más coloquial en un turno de respuesta.

En las explicaciones dadas hasta la fecha por la Diputación, también se han recordado las cifras de ocupación, para dar a entender que el recurso no está saturado y que hay suficiente personal de atención. Según datos forales, desde que el centro Bidean pasó a manos de la Diputación en 2014 hasta 2018, se han atendido a más de 162 mujeres con sus hijos e hijas víctimas del maltrato, con un ratio de personal de 1,04, es decir, «con más de un profesional por persona atendida, incluyendo la posibilidad de mantener a sus hijos e hijas con ellas». También se ha subrayado que el número de personas que entran y salen del recurso «es bajo por ser un centro de media estancia». Así, en 2017 el piso, que cuenta con ocho plazas, «solo ha tenido nueve casos, junto con seis menores». El centro tampoco está ocupado al 100%, «con solo tres mujeres en estos momentos». Y las mismas fuentes añadieron que «los resultados generales del mismo son muy buenos, teniendo en cuenta la complejidad de las contingencias, necesidades y condicionantes que presentan las mujeres y personas dependientes usuarias».

Ayer, el portavoz de la Diputación, Imanol Lasa, se refirió a la investigación en curso y confirmó que se habían detectado «deficiencias» relacionadas con los problemas estructurales del recurso, para los cuales se han adoptado medidas, insistió. Pero no avanzó si esa investigación interna había certificado el alcance de la denuncia de estas once exusuarias que les acusa de un trato negligente.