Juicio por el crimen de Aintzane Pujana

La alcaldesa de Aizarnazabal fue quien descubrió el cadáver de la joven donostiarra

Arregi, en el cargo de la localidad guipuzcoana desde 2015, relató cómo vivió esa mañana. «Solemos hacer un recorrido por terrenos rurales porque la gente echa basura donde no debe, y aquel día comenzamos a andar con una brigada de limpieza cuando observamos desde varios metros de altura, al final de una ladera, varias bolsas de basura y el cuerpo».

Apuntó que «al principio creía que era un muñeco, pero veía que no era algo normal». Antes de llamar a la Ertzain-tza, bajó la ladera para asegurarse de que no era un maniquí. «Me encontré el cuerpo boca abajo, con una camiseta rosa que llamaba la atención. Me asusté. Tenía unos agujeros», indicó señalándose el lateral del cuerpo en la zona de la barriga en referencia a los nueve apuñalamientos que recibió Aintzane Pujana, aunque precisó que «no había nada de sangre», cuestión que puede ser aclarada porque «esos días había llovido mucho».

En cuanto a los otros dos testigos, el taxista declaró que había llevado a la acusada «unas semanas antes» de Zarautz a Astigarraga, a una pensión, y que la mujer le dijo que le negara al novio, el acusado, a dónde le había llevado. Luego testificaron dos médicos psiquiatras que habían tratado a Ain-tzane Pujana y uno de ellos también a la acusada en Irun.

Hoy será el turno de doce testigos más, la mayoría de ellos agentes de la Ertzaintza.