Comienzan las afecciones en la variante de Donostia para construir el enlace de Marrutxipi

Los conductores que a diario utilizan la variante de Donostia GI-20 para moverse al trabajo notarán el lunes un cambio importante. Uno de los carriles de circulación estará cerrado al tráfico, y permancerá así al menos durante dos años. Comienza la obra para construir el enlace de Marrutxipi, el ramal que pretende abrir una nueva vía de acceso a la parte oriental de San Sebastián, un enlace directo para los vecinos o trabajadores de Intxaurrondo, Gros o Egia, que supondrá no obstante una largo camino de trastorno en el tráfico de una vía especialmente concurrida sobre todo en las horas punta.

La Diputación foral de Gipuzkoa anunció este jueves que el cierre se llevará a cabo a partir del domingo, cuando comenzará a prepararse el terreno para unas obras que pretenden, en el futuro, descongestionar la entrada a Donostia por el Paseo de Bizkaia. La afección a los conductores que se avecina es importante. La propia institución foral advierte de que es conveniente empezar a utilizar vías alternativas como la GI-40, la GI-41 y la AP-8 para sortear el tramo afectado, desde el viaducto del colegio La Salle en sentido Errenteria. Y sobre todo, hacerlo en las horas punta.

La primera prueba de fuego será el lunes por la mañana, cuando miles de conductores acudan a sus puestos de trabajo. El departamento de Infraestructuras Viarias previene sobre los atascos que pueden producirse y recomienda utilizar los viales del llamado segundo cinturón de Donostia para evitar el tramo afectado. La ocupación de la calzada se producirá entre el punto kilométrico 7,500, frente al colegio La Salle, y el punto kilométrico 5,900, la salida del túnel de Intxaurrondo.

Por ese tramo, informa el departamento que lidera Aintzane Oiarbide, circulan de media más de 45.000 vehículos cada día. Y el corte de uno de los tres carriles afectará, a buen seguro, a la fluidez del tráfico, que ya se ve trastocada cada vez que se produce algún tipo de choque o siniestro.

Esta obra, que se prolongará durante dos años, tendrá un coste de 12,6 millones de euros y una duración estimada de 24 meses, para 2024. El vial busca liberar de tráfico tanto el paseo del río Urumea, por el que ahora optan muchos conductores que en realidad desean ir a barrios como Gros o Egia, como la zona de Garbera, la salida y entrada para quienes viven en Intxaurrondo o las zonas más orientales de la ciudad. Además, de reducir el número de vehículos que salen de la ciudad por el Paseo de Francia. Se trata de reordenar de nuevo las entradas y salidas de la parte oriental de la ciudad.

El diseño de este ramal simulará un pequeño 'scalextric', como se aprecia en el fotomontaje que distribuyó la Diputación cuando presentó el proyecto. Las entradas y salidas desde la renovada Gi-20 se realizarán a izquierda y derecha, y habrá un paso bajo la variante. Es una conexión completa que abarca todos los movimientos de entrada y salida de vehículos, y que no afectará a los dos parques que se sitúan en las inmediaciones, el de Eitzieta y el de Castelao.

El enlace, en un tramo de 580 metros, constará de dos pasos bajo la calzada. Los vehículos que circulen en dirección Irun podrán salir de la variante por un ramal que se abre a la izquierda. Este tipo de acceso ya funciona en las salidas a Amara por Carlos I o a Herrera, y en esta ocasión, evitará afecciones al parque Castelao que se sitúa justo a la derecha. El vial baja en curva descendente para pasar por debajo de los carriles del otro sentido, y vuelve a subir ya en zona urbana hasta desembocar junto a Cocheras. Es el nudo que soportará la mayor densidad de tráfico.

Pensando en agilizar la circulación, además de aliviar el tránsito en torno al polígono 27, esta infraestuctura reordenará las entradas y salidas de Donostia. Pero hasta que concluya, quedan por delante dos años de trabajos y afecciones importantes al tráfico.