«Quiero volver a trabajar, pero la edad me condiciona»

Eduardo Esnal tiene 54 años. Hace cinco, trabajó en almacenes empaquetando productos, algo de lo que le gustaría volver a trabajar ahora. No obstante, su difícil situación le llevaría a aceptar cualquier oferta que le pueda aparecer y amoldarse «a lo que surja». Mientras hace cola en la oficina de Donostia, explica que se apuntó a Lanbide para «entrar en la lista de empleos». «La edad me está condicionando bastante. He estado llevando currículums a los restaurantes para diferentes puestos. Hice un grado medio de limpieza y ni con esas», relata. Eduardo explica que también tiene una discapacidad. «Con ella llevo desde siempre, pero ahora que soy mayor las cosas empeoran a la hora de buscar trabajo».

Por su parte, Mónica Restrepo, 55 años, presentó una gran cantidad de currículums a todas las bolsas de empleo para dependienta o camarero, pero, lamenta, «son puestos en los que mayoritariamente cogen a gente joven» y los de recursos humanos se limitaban a responder que «no cumplía con el perfil». Restrepo explica que se ha encontrado siempre con problemas para encontrar trabajo, aunque recientemente ha encontrado uno, pero no de dependienta. «Por la edad nunca me han dado la oportunidad, por los prejuicios que se asocian con la edad. Creen que no vamos a poder hacer las mismas cosas que los jóvenes, que hemos perdido habilidades, pero tengo mucha más experiencia de cara al público que una joven».