Los sindicatos vascos cierran filas para que el teletrabajo tenga igual trato que el presencial
El día que se retoma el diálogo para su regulación, las centrales piden que la empresa asuma el 100% de los gastos y que el trabajo a distancia sea voluntario y reversible
Gobierno, sindicatos (CC OO y UGT) y empresarios (CEOE y Cepyme) se reunieron ayer, tras la pausa de agosto, para retomar las negociaciones de cara ... a la regulación del teletrabajo, una práctica que la pandemia ha impulsado de forma notable en nuestro país. El Ejecutivo y los agentes sociales se muestran optimistas y consideran que el acuerdo para aprobar la nueva ley sobre el trabajo a distancia está muy cerca.
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Así, el Ministerio de Trabajo va a enviar a sindicatos y patronal un nuevo documento que ya confían en que sea el definitivo después de que los escollos y las líneas rojas hayan desaparecido en el último borrador del anteproyecto, que es «innovador y muy equilibrado» en derechos y en deberes, según fuentes sindicales. La patronal, por su parte, sigue sin estar conforme con que esta norma afecte a los que teletrabajan solo un día a la semana, pero han conseguido suavizar el tema de pagar todos los gastos y la flexibilidad horaria.
¿Pero cómo se ve todo este asunto desde el ámbito sindical vasco? ¿Cuáles son sus principales reivindicaciones? Recabadas de las cuatro centrales con mayor representatividad en Euskadi, ELA, LAB, CC OO y UGT, su opinión y propuestas sobre estas y otras cuestiones, la conclusión es clara: los cuatro sindicatos cierran filas para que el trabajo a distancia cuente con los mismos derechos que el que se realiza de forma presencial.
Desde ELA, el sindicato mayoritario en Euskadi, su responsable de negociación colectiva, Pello Igeregi, considera que el primer documento negociado «era una buena propuesta» porque recogía buena parte de las peticiones de los sindicatos, pero teme que la respuesta entonces «agresiva» de la CEOE haga rectificar al Gobierno. «Los últimos intentos del Ejecutivo van en esa dirección buscando la unidad con los empresarios, y esperemos que el último borrador no quede descafeinado», resume.
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Igeregi considera que es relevante que el teletrabajador «no se quede aislado» y añade que las claves son quién se hace cargo de los gastos, definir los elementos de salud laboral y el registro horario. «Con los medios telemáticos que hay, habría que marcar el inicio y el fin de la jornada», dice.
La cifra
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50% de la masa laboral estatal, unos 10 millones de personas, teletrabajó durante los meses más duros de la pandemia, de marzo a mayo, según el sindicato UGT. Antes del coronavirus, apenas lo hacía el 4%.
Desde CC OO Euskadi, Loli García, sus secretaria general, asegura que los teletrabajadores tienen que tener «el mismo trato y los mismos derechos» que si continuaran en el centro de trabajo. En su opinión, todos los gastos «tiene que asumirlos» la empresa, postura sobre la que coinciden las cuatro centrales consultadas.
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Registro horario
Para Loli García es necesario también cumplir con los horarios laborales y el registro de jornada. El teletrabajo «debe ser voluntario y acordado entre empresa y trabajador y, en todo caso, reversible», afirma.
Desde UGT, su secretario de política sindical, Gonzalo Pino, presente en las negociaciones con el Gobierno y la patronal estatal, valora que «nuestro país vaya a disponer de una norma necesaria para nuestro mercado laboral», aunque no esconde que hay varios escollos todavía por resolver y «una mentalidad», la del empresario, a derrocar porque «es necesario que el beneficio se vea en las dos partes».
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Pino subraya que varios aspectos importantes son la reversibilidad y la desconexión digital, aunque también advierte de que algunos de ellos podrían quedar en manos de la negociación colectiva. Finalmente, a modo de reflexión, asevera que «lo que tiene que quedar claro es que el puesto de trabajo es de la empresa y, aunque su ubicación cambie, es ella la que tiene que hacerse cargo del 100% de los gastos».
Finalmente, desde LAB, su secretario de acción sindical y negociación colectiva, Xabier Ugartemendia, aclara en primer lugar que a la central abertzale no se le ha remitido borrador alguno, critica que ante otras medidas «también se realizaron filtraciones que luego distaban mucho» de lo publicado en el BOE, y desvela que están preparando su porpia propuesta para la regulación del trabajo a distancia.
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Ugartemendia considera que es fundamental que este asunto se regule porque entraña «muchos riesgos» para los trabajadores. Preguntado por los mismos, responde que se trata de la precariedad «que está generando», la individualización, la soledad, los gastos que ocasiona, el no responder a las necesidades de conciliación o las situaciones «aún más precarias» en las mujeres.
Las patronales darán su opinión cuando la ley sea una realidad
Tanto la patronal vasca, Confebask, como la guipuzcoana Adegi, prefieren reservar su opinión hasta que la nueva ley del teletrabajo sea una realidad. Ambas organizaciones empresariales esgrimen que aún «puede haber muchos cambios» en el anteproyecto. Desde Adegi, en un reciente artículo en este mismo periódico que abordaba los retos del teletrabajo, aseguraron que las empresas estaban utilizando este recurso como una medida excepcional alternativa a los ERTE. A la pregunta de si estaba siendo una fuente de abusos o servía para adecuar la actividad a la realidad, reiteró que «ha sido utilizado para mantener el empleo». Respecto a si cabría modificar la normativa laboral, Adegi señaló que el teletrabajo había sido una oportunidad para alcanzar acuerdos sobre fórmulas mixtas (presenciales y en casa), y que cuando retorne la normalidad será el momento de analizar ese equilibrio.
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