«La participación del trabajador en la empresa es un antídoto contra el desarraigo y el absentismo»

–Vive usted a pie de pista. ¿Cómo están las empresas de Gipuzkoa?

–Están bien. Los últimos datos sobre ventas son muy positivos.

–Pero se apoyan en las realizadas a España. ¿Y la exportación?

–Es verdad que el acumulado de las exteriores es del -0,3%. Así que el escenario es bueno pero con un 'pero'. La economía de Francia y Alemania se ralentiza y eso nos impacta a nosotros.

–¿Le preocupa?

–Claro que me preocupa que países que son fuertes para nosotros estén con catarro, por decirlo de alguna manera. Ese es el 'pero' en un diagnóstico claramente positivo. La incertidumbre ha venido para quedarse, así que no podemos caer en la complacencia.

–¿Eso nos obliga a buscar otros mercados o hacer otras cosas?

–Tenemos que ser competitivos. No lo podemos olvidar nunca. Dicho eso, cuanto más diversificados en destinos estemos, mejor. Por eso desde Diputación vamos a seguir apoyando la internacionalización del que ya está fuera y del que aún no lo está. Cuando Alemania tose a nosotros nos afecta, y hay que mitigar eso.

–¿Tipos e inflación altos generan aquí problemas de financiación, inversión o morosidad?

–Los datos dicen que a día de hoy, no. Pero es evidente que la deuda está cara, aunque los tipos parecen tocar techo. Las inversiones estratégicas no se paran, y tenemos unas empresas sanas, con lo que no hay morosidad, pero las otras inversiones se estudian mucho. Antes se decidía más fácil. Hay que estar atentos, pero vamos a poder soportar la situación.

–Y sin embargo, el empleo resiste como nadie imaginaba...

–El reto demográfico pesa más que la coyuntura que pueda tener la empresa. La necesidad de gente es tal que prefieren no perder capital humano.

–Crece el empleo pero, ¿crece también la productividad?

–Decía que me preocupa la competitividad. Para eso tenemos que ser productivos. Nuestra productividad es peor que la de algunos países europeos en los que nos hemos de mirar. Ahí hay un margen de mejora.

–Algunos análisis recientes dicen que Euskadi pierde atractivo, que pierde competitividad...

–No lo creo. Sí pienso que durante generaciones se ha hecho una labor vital para ser capaces de tener la sociedad del bienestar que tenemos hoy y que eso no es gratis, es algo que se ha de seguir trabajando. No podemos dormirnos en los laureles. Debemos seguir siendo emprendedores, apostando por el I+D... En esto último los datos de Gipuzkoa, con un 2,69% del PIB, son muy buenos, muy por encima de la media de la UE.

–Las empresas vascas se quejan mucho de la conflictividad, las huelgas y el absentismo...

–No voy a entrar en quejas o no. Lo que sí entiendo es que el absentismo, alto o bajo, es un problema que hay que mitigar. Prefiero ser constructiva, y lo que nos toca es poner herramientas para que esto no se vea como 'el trabajador y el empresario', sino como la sociedad. Todos vamos en el mismo barco y hemos de remar igual y en la misma dirección.

–¿Y cuando un sindicato presume de las huelgas que hace?

–Yo respeto a todos pero no creo que sea algo de lo que presumir.

–Las empresas se quejan también de la burocracia...

–La competitividad también nos atañe a las Administraciones. Y en todo lo que podamos facilitar, ahí me tienen como a una 'amiga'.

–Adegi lamenta los ataques y el desprestigio al empresario...

–Lo que creemos firmemente es que las empresas somos todos y todas, y sin ellas y sin una economía fuerte no generamos riqueza, y sin eso no hay bienestar social. Con eso lo digo todo. Sus retos son los de la sociedad guipuzcoana. Son parte importante de nuestro bienestar social.

–¿El pequeño tamaño de nuestra empresa es un problema?

–La necesaria competitividad nos exige un tamaño. Lo veo más como oportunidad que como riesgo. Hay que apostar por el crecimiento. Por ejemplo, con la industria de inversión de 'kilómetro cero' por la que trabaja la Diputación y desde la que invertir, escalar y arraigar proyectos.

–Su departamento apuesta por la participación de los trabajadores en las empresas. ¿Otro seguro contra el desarraigo?

–Es un antídoto para muchas cosas. También para el absentismo.

–Acabamos de conocer el relevo en la presidencia de Mondragon...

–Es un proceso muy lógico, estudiado y consensuado. Confío plenamente en que están tomando las decisiones correctas y que a futuro el Grupo seguirá teniendo la fortaleza de hoy.

–En ocasiones le he escuchado que fabricamos muy bien pero no nos vendemos tan bien. ¿Nos falta márketing?

–(Sonríe) Sí. Siempre decimos: 'A la guipuzcoana'. Cuando vendemos algo es porque es bueno, y no lo podemos perder. Pero tenemos que estar más orgullosos, si cabe, de lo que somos y tener un poco más de márketing, vender.

–¿Eso nos resta oportunidades?

–Seguramente, sí. Lo que no conoces no puedes poner en valor.

–Estamos en la antesala de una gran reforma fiscal en Euskadi. Dice la diputada general que apuesta por usar la fiscalidad para generar actividad. ¿De qué estamos hablando?

–No voy a entrar en medidas concretas. No me quiero adelantar.

–¿Pero a qué nos referimos, a menos presión fiscal?

–A poner encima de la mesa instrumentos que pueda haber para ponerlos en diálogo y reforzar más nuestra economía.

–Se ha salvado el Impuesto a los Ricos mirando a la izquierda...

–Se ha bajado de 16 millones a 14,5 el nivel de tributación con el tipo más alto, lo que hará que entren más personas, aunque el porcentaje de población al que impacta es reducida.

–Supongo que las empresas le piden eliminar Patrimonio...

–Insisto, más allá de esto lo interesante es la reforma fiscal, que puede tener un impacto mayor.

–Algunas empresas amenazan con no invertir en Euskadi ante lo que entienden como un acoso y una falta de seguridad jurídica...

–Entiendo que hablamos de los impuestos estatales a la banca y las energéticas. Confío en que las inversiones se hagan, pero para ello es súper importante la estabilidad jurídica. Yo creo que en esos impuestos hay que mirar al criterio de la Unión Europea, que habla de beneficios «extraordinarios». No cabe todo en el mismo saco.

–¿Da rabia que pueda frenar la inversión en el País Vasco?

–No nos lo podemos permitir. Habría que revisar esos impuestos con los criterios de la UE para no perder inversiones aquí.

–Empiezan a eclosionar algunos proyectos estratégicos forales que arrancaron en 2016/17. Le va a tocar a usted lo bueno...

–Lo importante es que son proyectos a largo plazo.

–¿Qué es Mubil?

–Mubil es la estrategia para que en la nueva movilidad, Gipuzkoa-Euskadi sea un actor relevante. Queremos unir todas las fuerzas que tenemos y crear nuevas para ser relevantes en la partida que se juega a nivel mundial.

–A la apuesta se han sumado agentes locales como Ceit, Tecnalia, Vicomtech y Cidetec. ¿Falta un gran actor internacional, un Bayer de la automoción?

–No lo diría. Tenemos un recorrido que hacer, pero no estamos a la caza de un grande. A Mubil ya vienen empresas grandes a probar sus proyectos. En el centro Mubil (el cuartel general, promovido por la Diputación) tenemos hoy ya unas infraestructuras punteras que nos permiten el desarrollo de productos críticos del vehículo eléctrico. Hablamos de baterias, lo que se hace en la sede de Tolosa desde 2021. Y desde junio de 2024, en Eskuzaitzeta, también 'power train' y pila de hidrógeno. Además, esos centros tecnológicos llevan a Mubil proyectos y apuestas propias muy, muy importantes. Más de una empresa nos ha dicho que quiere estar.

–¿Veremos coches sin conductor por Eskuzaitzeta?

–Sí, los veremos.

–El coche eléctrico no termina de arrancar. ¿Por qué?

–Aquí hay un tema clave. ¿Queremos ser neutros en emisiones de CO2 en 2050 o no? El transporte emite mucho, no porque los vehículos contaminen más, sino porque hay más transporte.

–Pero el que se va a comprar un coche hoy no piensa en el 2050 sino en dónde enchufarlo.

–Se suele decir ¿qué es antes, el huevo o la gallina? ¿El coche o la infraestructura de recarga? Para mi lo primero es la recarga.

–¿Mubil iba a recibir fondos Next? ¿Sabemos algo de ello?

–No ha los ha recibido y no me consta que se vayan a recibir. Si llegan, bienvenidos, pero Mubil es estratégico y la Diputación ha puesto la financiación necesaria.

–¿Cómo va el proyecto Quantum?

–El ordenador cuántico de IBM, que estará instalado en el segundo semestre de 2025, es un gran tractor para generar aquí una industria. Ya tenemos una empresa puntera (Multiverse Computing) que lo está haciendo muy bien, y nuestra apuesta es seguir generando más.

–¿Intenta atraer a otras firmas?

–Ya lo hicimos en biotecnología y sí, estamos tratando de hacerlo. También debemos concienciar a la sociedad de que tener en Donostia el sexto ordenador cuántico de IBM del mundo no es cualquier cosa; ellos nos han elegido a nosotros y hay que valorarlo.

–Otra apuesta estratégica fue ZIUR, quizás algo desdibujado por la aparición de otras iniciativas más amplias en Euskadi...

–ZIUR es un proyecto estratégico para las empresas vascas y guipuzcoanas, donde tiene una buena penetración. Tenemos que buscar complementar y sumar.

–¿Y las terapias génicas?

–Ahí hay otro proyecto estratégico que es GANTT, con el que aspiramos a tener una industria de manufactura génica. Estamos en el buen camino. Acabamos de sacar ayudas en esta línea.

–El gran desafío es la falta de personas. ¿Qué se puede hacer?

–Es que es un reto global, lo que lo complica aún más. Lo que tenemos que hacer es crear aquí proyectos atractivos para que la gente quiera venir o regresar.

–Acabamos de conocer los resultados del informe PISA. Mal vamos si queremos generar talento en casa...

–Tenemos que hacer los deberes, ver el porqué y hacerlo mejor.