Markel Almirall llevaba trabajando en Glovo desde 2018. Borja Luna

«La Ley Rider nos quería sacar de la precariedad y nos ha metido en ella»

Los repartidores guipuzcoanos de Glovo critican la puesta en marcha del nuevo modelo empresarial desde el mes pasado

Diego Fdz. Tortosa

San Sebastián.

Sábado, 16 de agosto 2025, 02:00

«La Ley Rider nos quería sacar de la precariedad y nos ha metido en ella», explica Markel Almirall, que recientemente ha dejado de ser ... repartidor de Glovo por las condiciones impuestas por el nuevo modelo laboral. Unas circunstancias que han afectado a más de 250 repartidores en Donostia.

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Los trabajadores en plantilla, que desde julio pasaron de ser autónomos a asalariados, tienen más dudas que certezas con los cambios. Y todas ellas pivotan sobre un mismo elemento: la falta de información clara. «Nos han mandado un montón de correos desde diciembre. Te informaban de las condiciones, pero no de cuánto íbamos a cobrar. Yo creo que rondará los mil y pico euros», comenta Zakha, uno de los repartidores de Glovo, consultados por este periódico. Desde que se puso en marcha el nuevo modelo laboral, este trabajador de origen marroquí ha visto que la «mayoría de compañeros» han dejado el trabajo. «Hemos firmado por firmar y estamos yendo muy tranquilos», contesta Mohammad L.S., otro repartidor, y añade que decidirá qué hacer «en función de lo que llegue».

«Hemos firmado por firmar y estamos yendo muy tranquilos. Yo decidiré qué hago según lo que me llegue»

Mohammad L.S.

Repartidor de Glovo

Para poder conocer la respuesta a estas incógnitas, este periódico contactó con fuentes cercanas a la empresa, que explicaron que los repartidores tendrán «dos formas de ingresos»: el SMI–más kilometraje– por un lado, e ingresos por pedido realizado, por otro. «El salario base, más o menos, se va a quedar en 1.400. Eso lo van a recibir todos. Pero también dependerá de los pedidos que hagan. Si hacen seis pedidos al día pueden llegar a 2.400 euros», afirman desde Glovo. No obstante, los repartidores no pudieron saber su sueldo hasta el 25 de julio, cuando recibieron la primera parte de la nómina –el 65%–. El resto llegó el 10 de agosto.

Pero, además de las dudas en torno al tema salarial, los trabajadores del servicio de reparto también se quejan de la dificultad del proceso de cambio entre ambos modelos y de las condiciones laborales que ofrecen. «Ahora no puedes rechazar ningún pedido, aunque sea uno de 20 litros, y nosotros no somos mulas. Vamos a ganar en derechos, pero la calidad también importa», alega Mohammad.

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«Nos han mandado un montón de correos desde diciembre, informando de las condiciones,pero no del salario»

Zakha

Repartidor de Glovo

Este trasvase de modelos ha provocado no solo que los que aún quedan se replanteen marcharse, sino también el despido de algunos repartidores. Un ejemplo es Almirall, que lleva trabajando con la compañía desde 2018 y que le ha costado adaptarse. «Yo no firmé ningún contrato, me lo firmaron ellos», explica. «Los turnos no son nada buenos. No puedes trabajar más de seis horas seguidas y como máximo solo puedes trabajar 36 a la semana, pero al principio te ofrecían contratos de 10 o 18 horas. Esto lo tuvieron que ampliar porque se quedaban sin repartidores», añade.

Otros factores que este extrabajador denuncia es el tema de los EPI's (Equipo de Protección Individual) que la empresa debe facilitar a su plantilla. «Nos han enviado un email en el que te dice dónde puedes coger tu casco, trajes de agua, guantes..., pero luego te envían a una tienda que tienen ellos y te dan quince euros de descuento. O sea, además te lo tienes que comprar tú». «Yo llevo sin trabajar en la empresa desde diciembre y sigo de alta en ella. No he firmado ningún contrato y no paran de llegarme correos para que firme sus condiciones y elija entre 15 horas, 30 horas o la baja voluntaria, renunciando a mis derechos», comenta Ion Morilla, un antiguo 'rider' que ha interpuesto varias demandas contra Glovo, donde lleva trabajando desde 2017.

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«Al principio ofrecían contratos de 10 o 18 horas, pero lo tuvieron que ampliar porque se quedaban sin repartidores»

Markel Almirall

Repartidor de Glovo

«Todos nuestros problemas comenzaron con la Ley Rider, que supuestamente se creó para ayudarnos. Nos han victimizado y ni siquiera nos han preguntado cómo estábamos», denuncia Morilla, y añade que lo que se debería haber hecho era «mejorar» un modelo con fallas, no cambiarlo. «Nos querían sacar de la precariedad laboral y lo que han hecho es meternos en ella», coincide Almirall.

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