El impuesto a los ricos en Gipuzkoa sigue menguando

De esta forma, evidenció que se trata del 'chocolate del loro', ya que estará entre los gravámenes que menos dinero aportarán a las arcas forales. De hecho, por poner un ejemplo, supondrá un tercio de lo que se recauda por el impuesto sobre la cerveza (954.000 euros) o por el Bingo (874.000 euros), según los últimos datos de Hacienda de 2022.

Pero como indicó ayer Perona durante la presentación del proyecto en Comisión, se trata de un impuesto «complementario al del Patrimonio», que recaudó el año pasado 70 millones. El nuevo impuesto, aprobado por el Gobierno central y que Gipuzkoa debe trasponer a la legislación foral, gravará de hecho a aquellos patrimonios netos que superen los 3,2 millones de euros. En Gipuzkoa, la Hacienda calculó en un principio que afectaría a una docena de contribuyentes, pero Jokin Perona también redujo ayer la cifra a una decena.

El diputado de Hacienda resaltó que «con este proyecto tributario se garantiza la complementariedad del Impuesto de Patrimonio y se adapta el Impuesto de Solidaridad aprobado a nivel estatal al sistema tributario de Gipuzkoa». En su intervención, recordó la doble funcionalidad de los impuestos, «garantizar, por un lado, la sostenibilidad de los servicios públicos y redistribuir la riqueza para garantizar el equilibrio en el territorio, y, por otro, contribuir al desarrollo económico e industrial de Gipuzkoa».

Perona defendió los diferentes tramos que se aplicarán en nuestro territorio en comparación a los del conjunto del Estado precisamente por esa complementariedad al Impuesto de Patrimonio, cuando la norma estatal está concebida sobre todo, dijo, para contrarrestar las bonificaciones que realizan algunas comunidades en Patrimonio, incluso del 100%, como son los casos de Madrid y Andalucía.

Unos argumentos que no convencieron a la oposición, que reiteraron el posicionamiento contrario al proyecto de norma foral, por quedarse corta en el caso de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, mientras que el grupo popular considera justo lo contrario al poner en tela de juicio la necesidad de un impuesto que apenas va a tener un impacto en la recaudación y puede «ahuyentar a los inversores».

Tanto EH Bildu como Elkarrekin Podemos anunciaron que presentarán enmiendas al proyecto de Norma Foral, una vez que se abre ahora el plazo. La Diputación pretende aprobar la norma antes de que finalice el año.

PNV y PSE necesitan al menos un voto de algunos de los partidos de la oposición para sacar adelante la norma. Los diferentes grupos se mantuvieron firmes en sus respectivas posiciones, con lo que habrá que esperar a la fase de enmiendas para saber si los dos partidos que conforman el Gobierno foral logran algún apoyo.

Tanto en Gipuzkoa como en Araba los gobiernos forales requieren de apoyos, no así en Bizkaia, donde cuentan con la mayoría suficiente para sacar adelante la nueva normativa.

El portavoz del grupo juntero de EH Bildu criticó que se haya presentado la norma foral «sin tener en cuenta ese aspecto y sin saber cómo lo quieren aprobar tanto en Gipuzkoa como en Araba», al tiempo que dijo que «no es justo utilizar el autogobierno para hacer un favor a los ricos, ya que el tipo del 3,5% se aplica a partir de los 16 millones y no de los 11 millones, como en el conjunto del Estado».

Elkarrekin Podemos también abogó por establecer los mismo tramos o si no tipos más altos que los del proyecto, tal y como defenderá en las enmiendas que presentará la próxima semana.