Perspectivas para el nuevo año
Euskadi llega fuerte a 2024 con el reto de que se rebajen precios e hipotecasTras un 2023 mejor de lo esperado, las guerras y la presión exterior pondrán de nuevo a prueba a una economía solvente pero en clara desaceleración
Ahora que finaliza el año, Euskadi llega fuerte a 2024 con el reto de que se rebajen precios e hipotecas. Tras un 2023 mejord e ... lo esperado, las guerras y la presión exterior pondrán de nuevo a prueba a una economía solvente pero en clara desaceleración. Esta es la visión de las empresas, el sector energético, el mercado inmobiliario, la alimentación y el mercado laboral de cara a los próximos doce meses.
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Empresas
Otro año repleto de incertidumbres con la vista fija en la industria
Acaba un 2023 en el que, como señala Javier Zubía, director general de la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, «a pesar de las curvas y la niebla, hemos podido solventarlo muy bien gracias a que llevamos un buen coche». «Ya quisieran otros tenerlo», sentencia. Y es que, hay que reconocerlo, en el año de las dos guerras (Ucrania y Gaza), la inflación (con su impacto en los alimentos o en los salarios) y los tipos altos (que han mermado la capacidad de los bolsillos de los hipotecados) Euskadi y Gipuzkoa han salido airosos, en un ejercicio que «se ha comportado mucho mejor que lo que podíamos prever al comienzo del mismo», añade. Las previsiones pasan por crecimientos en 2024 por encima de la media europea pero más modestos que en 2023.
Joseba Madariaga, responsable del Servicio de Estudios de Laboral Kutxa, coincide con Zubía en que «el complejo escenario geopolítico» influye en nuestra economía, «algo que se mantendrá en 2024» y que en las últimas semanas ha sumado la tensión que vive el mar Rojo. «Puede parecer que queda lejos, pero nos afecta, y las empresas guipuzcoanas han de ir integrando esa geopolítica, esos condicionantes exógenos de alguna manera, en sus planes y sus análisis», advierte Zubía. «Qué pasa con China, y con los fondos Next, y con quién y cómo va a reconstruir Ucrania...», dice.
«Conviven empresas que van muy bien con otras con menores pedidos»
Javier Zubía
Cámara de Comercio de Gipuzkoa
«Si no hay ningún susto preveo tres bajadas de tipos de 0,25% puntos en 2024»
Joseba Madariaga
Laboral Kutxa
Uno y otro expertos señalan a la industria como pilar principal de nuestra actividad y nuestro empleo. Una industria que ha flojeado un tanto en los últimos tiempos y que se ha visto afectada (de nuevo el mundo global e interconectado) por los problemas que atraviesan Alemania (al borde de la recesión), o Francia, nuestros principales clientes.
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Un lastre que ha frenado mucho este año las exportaciones y su aportación a la economía. «Tengo la mosca detrás de la oreja con el enfriamiento de la industria. Alemania da cifras particularmente negativas, pero no veo razones para tanta debilidad», señala Madariaga.
Javier Zubía, por su parte, advierte: «He dicho que tenemos un buen coche, pero conviven empresas que van muy bien y tiran del carro con otras muy competitivas pero que están sufriendo menores pedidos y actividad».
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Energía
La electricidad, el gas y los combustibles moderan sus precios
Con la duda sobre hasta qué punto el Gobierno modificará las medidas extraordinarias aprobadas en su día contra el zarpazo que la energía -alterada por completo por la guerra de Ucrania- dio a los hogares, la buena noticia es que el escenario ha cambiado enormemente. Los precios se han dulcificado, lo que no quiere decir que hayan regresado a niveles prepandemia. Algo que es más bien improbable que suceda.
Así lo resalta el investigador sénior y coordinador del área de energía de Orkestra, Jorge Fernández. «El año que ahora acaba, y en lo que se refiere al mercado ibérico de electricidad y gas natural, que la verdad es que no se ha comportado de manera muy distinta al europeo, lo que hemos visto es una cierta normalización, con una tendencia a la baja desde hace meses».
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«La tendencia en la energía es de estabilidad dentro de su volatilidad propia»
Jorge Fernández
Orkestra
La «diferencia» con Europa, añade el experto, es que en España se intervinieron los precios al poner un tope al precio del gas que consumen los productores de electricidad, lo que tuvo una traslación directa al precio de esta que, además, se reflejó en la inflación, moderándola. Eso sí, reconoce, fue un gesto que elevó las emisiones y del que al final también se benefició Francia, con su parque nuclear algo 'tocado', al recibir nuestra electricidad.
Fernández resalta que esa normalización (que ha hecho que los topes que se impusieron ya no se tengan que activar) se aprecia también en que los futuros (la apuesta de precios que impera en los mercados) descuentan que la moderación continúe, con precios de unos 77 euros MWh. En el caso del gas, afirma, el precio previsto en el MibGas es de 35 euros MWh. A esto se suma, explica, «que disponemos de muchas fuentes de generación eléctrica, incluidas las renovables», y de muchas entradas de GNL (gas natural licuado).
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Si la vista se fija en el petróleo Brent (de referencia en Europa), el investigador de Orkestra aprecia también una «tendencia a la baja», quizás no tan acusada como en la electricidad, con valores de 80 dólares por barril. «Los productos refinados, las gasolinas y los gasóleos, se comportan de manera independiente puesto que dependen de cosas como el margen de refino o los inventarios. En cualquier caso, y aunque en verano el coste del diésel subió para luego moderarse, no veo riesgos al alza a corto plazo», asegura.
En cualquier caso, alerta, «puede ocurrir cualquier cosa, puesto que existen riesgos geopolíticos como las guerras de Ucrania y Gaza, y también lo que está sucediendo en algunas rutas marítimas (en alusión al mar Rojo) que nos puede hacer daño con el GNL». «El clima está ayudando con inviernos suaves, y el almacenamiento de gas en la UE está al 88%, frente al 84% de hace un año. Si no hay sustos geopolíticos creo que la tendencia es de estabilidad dentro de la volatilidad propia del sector».
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«Eso sí -matiza, vehemente-, las empresas han de ser conscientes de estos condicionantes y han de gestionar de forma activa este escenario y no esperar a que la regulación te saque las castañas del fuego». «Hay que apostar por la descarbonización pero con una estrategia, pues la energía limpia va a ser cara un tiempo», concluye Fernández.
Mercado inmobiliario
Los tipos de interés y el temido euríbor aún seguirán altos un tiempo
Cualquier lista de preocupaciones para el ciudadano de a pie en 2023 incluirá sin duda el comportamiento de los tipos de interés, el reverso tenebroso de la inflación. Con unos precios desbocados, el Banco Central Europeo ha aplicado -quizás algo tarde- una política restrictiva con la que todavía hoy intenta frenar la inflación, y ha subido el precio del dinero al 4,5%, el más alto en 15 años.
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Un movimiento que ha golpeado la línea de flotación de muchos hipotecados, para los que la revisión de sus préstamos (hay 122.000 contratos a tipo variable en Euskadi) se ha complicado en muy poco tiempo. Las empresas, sobre todo las pymes, también han sufrido, pero aunque los costes de financiación están muy altos, parece que la inversión, al menos la más importante, no se ha detenido.
«El precio de las casas y del alquiler, sobre todo en Donostia, está por las nubes»
José Luis Polo
Apis Gipuzkoa
¿Qué va a suceder con los tipos? Joseba Madariaga, responsable del Servicio de Estudios de Laboral Kutxa y profesor de Deusto, se atreve a dibujar un escenario central para 2024. A su juicio, la clave de bóveda está en el empleo, en la tasa de paro europea, que está en el 6,5%, en mínimos. «El BCE tiene un dilema interesante, pero si el empleo se mantiene sin sorpresas, a pesar incluso de que la economía no luzca demasiado, apuesto por tres bajadas de tipos del BCE del 0,25% cada una en el segundo semestre y por otras cinco de la misma intensidad en 2025», dice. «Es importante llevar la inflación al 2%», señala.
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Si la economía tuviera un peor desempeño y el empleo empezara a 'gotear', entonces, afirma, lo más previsible es que las bajadas llegaran antes. Ante la pregunta del millón de cuándo bajará de forma apreciable el euríbor, Madariaga pide paciencia: «hay que darle tiempo». No será antes de la segunda mitad del próximo año, y se notará ya más en 2025.
En la otra parte de la moneda, el precio de la vivienda, que en Gipuzkoa y sobre todo en Donostia está por las nubes. Así lo subraya José Luis Polo, presidente de los agentes inmobiliarios del territorio, que denuncia también que el alquiler está fuera de todo orden, sin que las medidas que se han tomado hayan frenado esta carrera alcista. Precios que, lamenta, expulsan del mercado a muchas personas.
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Alimentación
Triunfa el 'consumidor safari', que busca el mejor precio en varios súper
Uno de los capítulos que ha marcado a fuego los bolsillos de las familias en este 2023 ha sido el de la alimentación. Aspecto esencial en cualquier casa guipuzcoana, y en el que hemos llegado a ver (sobre todo al comienzo de año) subidas de auténtica locura. Los últimos datos siguen hablando de un 9% de repunte interanual (octubre y noviembre), desacoplado eso sí de la inflación general, que se ha moderado, sobre todo por los carburantes.
Ese escenario ha obligado a los consumidores a cambiar casi de un día para otro sus principales hábitos de compra y a los distribuidores a alterar su estrategia, para apostar por las promociones y la marca propia (blanca) sin llegar a repercutir todo el repunte inflacionario.
Una tendencia que, sin lugar a dudas, seguirá en 2024. Así lo explican Alberto Madariaga, director de supermercados y procesos de Eroski, y Miguel Ángel Zamorano, director de gestión de tiendas y márketing de Uvesco. «El sector se ha ido adaptando a un consumidor con una menor renta disponible y a unos mayores costes propios a base de promociones y más marca de distribuidor (blanca) así como de menores márgenes, una obligada mayor eficiencia y mirando a toda la cadena de valor del sector», señala el primero.
«Nos hemos adaptado a un consumidor con menos renta a basede menores márgenes»
Alberto Madariaga
Eroski
«El nuevo año se nos presenta más esperanzador para el sector de la distribución»
M. Ángel Zamorano
Uvesco
El mercado ha crecido en 2023, cierto, pero ese alza es engañoso, ya que el repunte no es por unas mayores compras (no se ha comprado más) sino porque los precios han subido. Dicho de otra forma, en kilos de patatas o litros de leche se ha vendido menos.
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Cuestionado por cómo ira la Navidad (la época fuerte por excelencia del sector), el responsable de Eroski afirma que «es un momento especial en el que el consumidor intenta disfrutar y hace compras más generosas». De todas formas, Madariaga dibuja el futuro inmediato de color incertidumbre, y resalta que los costes para el sector (la inflación también les golpea) y la regulación no ayudan demasiado.
Al repasar los cambios de hábitos del comprador, Zamorano destaca que la fidelidad es una virtud escasa y que ha vuelto un comportamiento que desapareció con la pandemia, el llamado 'comprador safari', aquel que visita varias cadenas con un presupuesto total fijado de antemano. Una tendencia que se trata de combatir con notables esfuerzos promocionales, sobre todo en los productos frescos, y en el caso de BM con una apuesta decidida por la marca propia. «El 2023 ha sido un año complicado, con los fabricantes subiéndonos también los precios a nosotros, y nosotros tratando de no repercutirlos. Ha habido cierta tensión», confiesa.
Otra consecuencia de esos nuevos hábitos de compra, subraya Zamorano, es un menor consumo de proteínas de calidad, de carne y pescado, sustituidos por otras fuentes, lo que fue más patente en la primera mitad del año. «Por eso las promociones en frescos y nuestra apuesta por la calidad nutricional», añade.
«Moderadamente optimista» sobre lo que pueda suceder en Navidad, insiste en que las promociones siguen siendo la clave: «vamos con otra la semana que viene». Sobre el 2024, el responsable de Uvesco asegura que se presenta «más esperanzador» y que el IPC del sector podría enfriarse en dos puntos pronto.
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Mercado laboral
El gran problema de la falta de personas en todos los sectores
El empleo ha sido el gran pilar que ha sostenido, casi en exclusiva, el estado de bienestar en Euskadi, gracias a sus vasos comunicantes con la recaudación fiscal. Un empleo que ha resistido todos los vaivenes y que ha dejado récords de afiliación en Gipuzkoa y Euskadi. Para el año que viene, la creación de puestos de trabajo continuará, aunque a un ritmo algo menor. Así lo señaló recientemente Confebask, y también lo apunta Jesús Ferreiro, catedrático de Economía en la Universidad del País Vasco y experto en la materia.
Ferreiro subraya «la fortaleza del empleo» en Euskadi desde 2012, apoyada sobre todo en la industria como fuente de empleo estable y de calidad. Y destaca que a pesar de la incertidumbre o de situaciones no siempre buenas, «las empresas no se plantean despedir». ¿Por qué? Por la sencilla razón de que «no hay gente».
«Tenemos menos paro que otros, pero va a haber menos gente trabajando»
Jesús Ferreiro
UPV-EHU
«Tienes los ERTE, que te permiten retener el talento, y es que las empresas, incluso ahora que las previsiones no son tan halagüeñas, no se lo piensan y no despiden. Hay verdaderos problemas para encontrar gente, por la falta de talento y por la jubilación», dice. «Hoy tenemos menos paro que otros, pero va a haber menos gente trabajando y eso es menos competitividad. En cierto modo, a Euskadi viene menos gente que a otros lugares, y eso es una desventaja», señala.
El análisis más genérico sobre el mercado de trabajo, explica, está marcado por la «enorme incertidumbre» y por «cuál será la intensidad de la desaceleración económica». En ese escenario, Ferreiro alerta de que en los dos últimos años el peso de la manufactura (y su empleo) se ha estancado «si no, ha caído», y resalta la importancia de «evitar perder peso manufacturero». «Hay que tratar de evitarlo con algún mecanismo de protección. Ya podemos ir reindustrializando», recomienda. En este sentido, explica que el tamaño de nuestra empresa es un problema (por pequeño) y que conviene promover las alianzas y la dimensión para arraigar las empresas y aprovecharse del efecto sede, que siempre favorece el empleo y la inversión.
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En la cara oscura de las buenas estadísticas laborales lamenta la falta de claridad sobre los fijos discontinuos (aunque estén cobrando el paro no computan como desempleados) y la precariedad de los indefinidos a tiempo parcial.
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