Puntos de recarga públicos situados en el párking de Galarreta, en Hernani. LOBO ALTUNA

Euskadi no gestionará las nuevas ayudas de coches eléctricos, que se darán al momento

Las comunidades dejarán de administrar el incentivo estatal como sucedía hasta ahora, pero el Gobierno no resuelve qué ocurrirá con lo pendiente del Moves, con 3.512 vascos aún en espera

Jueves, 4 de diciembre 2025, 01:00

La incertidumbre que envuelve a los 3.512 compradores vascos que se encuentran en la lista de espera de la ayuda del Moves III ... coincidió ayer con un giro de calado en la política estatal del automóvil. El programa agotó en Euskadi los cerca de 15 millones disponibles el pasado 6 de octubre, tras concederse la ayuda número 1.584, pero el plazo continúa abierto hasta el 31 de diciembre y las solicitudes siguieron entrando, alimentando una lista que supera los 5.000 solicitantes entre quienes cuentan con la subvención y los que siguen a la espera. El Gobierno Vasco pidió en verano una ampliación de 20 millones para atender ese volumen, pero la respuesta sigue sin llegar y, ahora, no está del todo claro cómo piensa resolver Madrid este cuello de botella.

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En este contexto vio ayer la luz el Plan Auto 2030, el gran movimiento del Ejecutivo central para reordenar su estrategia industrial y acelerar la transición al vehículo eléctrico. La hoja de ruta reúne hasta veinticinco medidas con las que el Gobierno de Sánchez aspira a asegurar la transformación del sector «sin deteriorar el empleo», al tiempo que se marca como meta elevar el peso económico del automóvil de 85.000 millones a 120.000 millones en 2030. «España tiene capacidad para fabricar coches competitivos y al alcance de todos», reivindicó el presidente Pedro Sánchez durante la presentación del plan.

Las cifras

3.512 vascos

están en la lista de espera del Plan Moves. 40.000 en el conjunto del Estado

400 millones

de euros tiene presupuestado el Plan Auto para 2026, que sustituirá al Moves

La novedad más inmediata es el lanzamiento del Plan Auto+, que sustituirá al Moves a partir del 1 de enero y contará con 400 millones en 2026. El cambio no es menor: las ayudas dejarán de abonarse con retraso y se aplicarán directamente en el precio del coche en el momento de la compra, una fórmula que el sector llevaba años reclamando para evitar la incertidumbre que generaba el cobro diferido. El Ejecutivo detallará más adelante las cuantías previstas para los ejercicios sucesivos hasta 2030.

Todo el paquete de medidas supone una inyección pública de 1.280 millones durante el próximo año. A ello se suman los 580 millones adicionales destinados al Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado y los 300 millones del nuevo Moves Corredores, centrado en desplegar puntos de recarga en aquellas vías donde hoy prácticamente no existe infraestructura.

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El cambio también afecta al modelo de gestión. Mientras que el Moves se financiaba con recursos estatales pero las comunidades autónomas se encargaban de tramitarlo, el Plan Auto+ será gestionado directamente desde el Estado, con la intención de agilizar expedientes y evitar los retrasos que han lastrado la tercera edición del Moves.

Euskadi, por su parte, cerró a nuevas solicitudes el pasado 15 de octubre su plan renove propio para vehículos de bajas emisiones, según indica el EVE en su página web, en el que también se incluyen turismos de combustión que cumplan ciertas condiciones medioambientales, pese a que en el mismo mes recibió una ampliación de dos millones para atender la elevada demanda. Este programa autonómico, pionero en Europa, fue aplaudido desde el sector por su «valentía» y «no discriminación» de modelos limpios de gasolina y combustión. No obstante, la centralización de la nueva ayuda y hoja de ruta para el sector marcará un escenario distinto para los compradores en 2026.

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«Fabricarlos, pero venderlos»

La apuesta llega en un momento de fuerte competencia internacional, con la irrupción de modelos eléctricos chinos que están presionando a la baja los precios. Sánchez subrayó que España «debe fabricar los mejores coches, pero también venderlos». En este sentido, indicó que ahora comprarse un eléctrico es símbolo de estatus, por lo que instó al sector a bajar precios para fomentar la demanda –más allá de las ayudas públicas– y «no dejar fuera de la transición ecológica a la clase media y trabajadora».

Puso en relieve el gran número de eléctricos por menos de 25.000 euros que se comercializarán en España el año que viene gracias «al esfuerzo del sector» y a las colaboraciones con empresas chinas que se están comenzando a asentar en nuestro país. Por su parte, el presidente de la patronal de fabricantes automovilísticos Anfac, Josep María Recasens, señaló que «hay que aceptar que en la carrera del vehículo eléctrico hay un país mucho más avanzado que España». «Seamos humildes y que nos enseñen a transformar el sector», pidió Recasens, que se marcó como objetivo llegar a una producción de 2,7 millones de coches electrificados y dar empleo a 1,9 millones de personas.

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